El titular de Transportes y Comunicaciones, Geiner Alvarado, es el quinto ministro censurado en el gobierno de Pedro Castillo. Esta vez una gran mayoría (incluidas las bancadas de izquierda) coincidió en destituirlo. “Su manifiesta incapacidad moral y falta de idoneidad para el ejercicio del cargo”, han sido los argumentos de los parlamentarios para retirarlo del cargo. Sin embargo, hay que tener en cuenta las claras señales de corrupción desde que era ministro de Vivienda. Debido a esto es investigado por el Ministerio Público por ser miembro de una presunta organización criminal que sería liderada por el presidente Pedro Castillo.

Este es un duro golpe para el Gobierno. Ahora Alvarado no podrá escudarse en su cargo para evadir a la justicia y tendrá que dar la cara a la Fiscalía. Esperemos que en aras de la transparencia responda sobre los presuntos actos delictivos cuando era ministro de Vivienda, en los que están involucrados familiares y allegados al jefe de Estado.

Pese a todo, Alvarado se aferra a su cargo. Ha presentado una acción de amparo contra el Legislativo, argumentando que se le censura por hechos ocurridos cuando estaba al frente de otro ministerio. Es la lógica de este Gobierno, atado a una suerte de delirio persecutorio para victimizarse.

Ante esta situación, es importante que el Poder Judicial cumpla con una tarea insoslayable: garantizar justicia. Eso es crucial en estos momentos para que los peruanos recuperemos la confianza en sus instituciones.

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