La primera temporada de pesca de anchoveta en la zona centro norte del país nos deja varias lecciones aprendidas; por un lado, la importancia de tomar decisiones de manera oportuna para aprovechar los recursos pesqueros de manera sostenible. Así lo hizo la administración actual y ello ha permitido que el sector de la pesca industrial vaya avanzado en su proceso de recuperación tras un 2023 para el olvido.
En segundo lugar, destacar la capacidad de adaptación que tiene la anchoveta. A pesar de las condiciones ambientales adversas del 2023, este año se observó una biomasa de casi 10 millones de toneladas, lo cual demuestra el buen estado de salud del recurso gracias al trabajo basado en ciencia y evidencia del IMARPE, PRODUCE y el sector privado. Recordemos que, en los últimos 15 años, el promedio de la biomasa de anchoveta es de 9 millones de toneladas, ¡a la anchoveta se le cuida!
Otra lección aprendida es que la unión hace la fuerza. En esta temporada de pesca tanto la flota industrial de madera afiliada a la Ley 26920 como la flota de acero, estuvieron pescando alrededor de 70 días y cumpliendo con más del 98% de la cuota asignada que se traducirán en aproximadamente US$ 1800 millones en exportaciones de harina y aceite de pescado. Ello generará importantes ingresos al fisco y permitirá avanzar en la reducción de la pobreza, construcción de hospitales, escuelas o carreteras tan necesarias para la población.
Por último, quiero enviar un saludo fraterno a todos los pescadores del Perú por su día que se celebra mañana 29 de junio. Gracias a su esfuerzo y compromiso, la pesquería peruana de anchoveta se ha consolidado como una de las más importantes en el mundo. A cada uno de ellos mi reconocimiento, agradecimiento y un FELIZ DÍA DEL PESCADOR.