La alfabetización científica ha fracasado porque la enseñanza convencional de ciencias como la que aconseja y evalúa PISA enfatiza los hechos, datos, aplicación de fórmulas, cuando en realidad el pensamiento científico se parece más a investigar el interior de una "caja negra", que para fines escolares, debiera orientarse más a salvar vidas, cuidar la salud, el medio ambiente y la justicia social.
El entendimiento ciudadano y el manejo gubernamental de la epidemia del covid-19 en casi todo el mundo pone de manifiesto las enormes limitaciones en la cultura y pensamiento científico de las naciones, en las que los científicos son vistos como gente encumbrada y distante, salvadores o destructores del mundo, y los ciudadanos no sienten que está a su alcance entender los fundamentos científicos de cualquier mal que los aqueja y de la forma de encontrarle una solución. (Justin Dillon (U. Exeter, Inglaterra) y Lucy Avraamidou (U. Groningen, Holanda) en Journal for Activist Science & Technology Education (“Science education community should withdraw from international tests, experts urge.” ScienceDaily. ScienceDaily, 9 July 2020).
Lamentan que los planes de estudios sean estrechos (adecuados a PISA y afines) y que para los alumnos la ciencia sea una empresa lógica, empírica y confiable, pero el tipo de datos que recopilan y cómo los analizan para llegar a conclusiones sigue siendo un misterio porque no ejercitan las complejidades de la investigación científica. Sin apostar por el pensamiento científico más que el “saber científico” la escuela no mejorará la alfabetización científica.