En las próximas elecciones, los ciudadanos deberían tener en cuenta cuáles son las agrupaciones políticas que en los últimos tiempos se han dedicado a llenar el Congreso de delincuentes y sinvergüenzas. Ya he mencionado varias veces en este espacio a Acción Popular (AP) con los célebres “niños” y a Alianza para el Progreso (APP), que hasta un violador nos regaló. Sin embargo, Podemos Perú, de José Luna, no se queda atrás, tal como hemos dado cuenta ayer en Correo Lima.
Para empezar, en los comicios generales de 2021, el candidato presidencial de Podemos Perú fue Daniel Urresti, un sujeto que hoy purga 12 años de prisión por el asesinato de un periodista. Pero no solo eso, a poco más de dos años de iniciado el mandato congresal que concluye en 2026, al menos la mitad de los miembros de la bancada de esta agrupación se han visto inmersos en escándalos, empezando por Luna, el dueño del partido y antes propietario de universidades cerradas por la baja calidad de su enseñanza.
Está el caso de Digna Calle, la que trabajaba desde su casa de Miami y hoy no sabe qué hacer para renunciar. A ella habría que preguntarle, ¿para qué postuló si no le gusta la labor que le ha sido encomendada por sus ingenuos electores? Pero no es la única. Por allí también vemos a Enrique Wong, suspendido meses atrás debido a que la Comisión de Ética lo encontró responsable de haber hecho nombrar a un asesor suyo en un cargo público a cambio de apoyo al régimen putrefacto de Pedro Castillo.
Pero hay más. Tenemos también a Heidy Juárez, la fugaz ministra castillista acusada de ser una de las ya célebres “mochasueldo”, aunque a ella no le pasa nada, pues sigue en funciones gracias al rabo de paja de muchos de sus colegas. Otro es Carlos Zeballos, acusado de ser uno de “Los niños” y cerramos con Luis Picón, quien se ha hecho conocido en los últimos días por haber sido detenido por la Policía Nacional, al tener pendiente un proceso penal por presuntos delitos de corrupción.
Sin duda, los representantes que ha llevado Podemos al Congreso, empezando por su dueño, José Luna, quien al momento de ser elegido estaba bajo arresto domiciliario, son una carga para el país y los peruanos. Qué pueden aportar estos elementos tan cuestionados que quizá más adelante acaben presos. Por eso, los electores deberíamos querernos un poco y sancionar en las urnas cuando esta agrupación política vuelva a lanzar a cualquier persona a un cargo público.