Ahora que se vienen las elecciones y todos quieren ser presidente bajo la consigna de que “si el limitado de Pedro Castillo pudo, por qué yo no”, sería bueno decirles a todos aquellos que tienen “muertos” malolientes debajo de la alfombra, parientes problemáticos y angurrientos, o a quienes les gustan la plata y los lujo más allá de los que brinda un Estado pobre como el nuestro, que mejor se abstengan de postular para que después, en caso de ganar, no se metan en un lío y de paso perjudiquen al país que cometió el error de elegirlos.
Por ejemplo, esos personajes que han pasado por la administración pública y han depredado sus arcas o se han llenado los bolsillos de cutras, por favor que no postulen. No vayan a terminar como Martín Vizcarra que llegó a Palacio de Gobierno pese a que había más de un testigo que decía haberle pagado coimas por obras en Moquegua. Esto va también para los que esconden hijos sin reconocer, denuncias por agresiones perdidas en alguna comisaría o fiscalía, o evidencias de cualquier tipo de escándalo.
Todos esos que tengan “hermanísimos”, “sobrinísimos”, “cuñadísimos” o “compadrísimos” que encajen en la calificación de “vagos” y “buenos para nada” pero que les gusten los cargos públicos para los amigos previo pago de “peaje”, el poder y la plata, también desistir desde ahora. Ya hemos tenido bastante con los parientes de Alejandro Toledo, de Pedro Castillo o el célebre Nicanor Boluarte, que incluso después de haber estado con orden de detención, ha seguido con las andanzas.
Finalmente, esos que creen que van a llegar a Palacio de Gobierno para llenarse los bolsillos, sea a través de un inoportuno y astronómico aumento de sueldo presidencial o de coimas como las recibidas por Toledo siendo mandatario para comprarse una casa en Las Casuarinas a fin de vivir una jubilación dorada, ni asomen la nariz en los próximos comicios. Lo mismo habría que decirles a los que les gustan los viajes en lugar de trabajar, y las joyas de origen turbio. Si es así, mejor quédense en casa, dedíquense a otra cosa y vivan tranquilos.
Si llegan al poder con algo de esto, tarde o temprano saldrá a la luz, y entiendo que en el Perú estamos cansados de autoridades que se andan corriendo de los medios al no saber qué explicaciones dar, más allá de la ya risible y trillada salida de que son objeto de “persecución política de la derecha o de la izquierda, de los grupos de poder o de los medios manejados por los ricos”. El país necesita avanzar, y para eso hace falta un presidente sin lastres en la espalda. Piénsenlo.