De manera inconveniente se han suspendido durante una semana las clases presenciales en Lima, Callao y Huaral; y se pretende remplazarlas por “clases virtuales” a pesar de que no hay ni condiciones técnicas ni recursos digitales para que por lo menos cerca de dos millones de alumnos, en especial los alumnos de colegios públicos y de menores recursos, las desarrollen debidamente. Esta situación ya se observó durante la pandemia, pero hay además razones pedagógicas que me motivan a responder la pregunta: ¿Por qué las clases presenciales son importantes?

En principio, porque en los diferentes espacios de una escuela el maestro es “un mediador educativo directo” que con su desempeño profesional fomenta los procesos y acciones de sus alumnos en las más variadas situaciones de aprendizaje. Y es que las aulas, patios, ámbitos deportivos, etc.  permiten desarrollar -de manera prevista e imprevista- los procesos pedagógicos cognitivo-intelectuales y socioemocionales que se producen en los estudiantes.

Igualmente, porque es necesario que el profesor asuma un enfoque didáctico de la denominada “Escuela Interactiva y Creativa” teniendo en cuenta la pluralidad de las inteligencias y el desarrollo de las disposiciones internas (actitudes) en los vínculos socio-emocionales entre sus alumnos, en ecosistemas o espacios diferenciados con enfoque territorial.

Finalmente, porque con la presencialidad los estudiantes pueden desarrollar proyectos, unidades y lecciones integradas recurriendo a medios impresos, virtuales(si los hay), audiovisuales, experimentales-empíricos, bibliotecas, así como a lugares y gente de la comunidad, para el logro de aprendizajes significativos. En la educación escolar (Ojo: aún si maestros y estudiantes contaran con los recursos digitales) las clases virtuales deben ser solo para situaciones muy excepcionales.