La presidenta Dina Boluarte, en vez de defender a capa y espada al ministro del Interior, Juan José Santiváñez, debe exigirle resultados.
Ojo que las cifras de asesinatos en los primeros días del año 2025 son alarmantes. Según los datos del Sistema Informático Nacional de Defunciones (SINADEF), ya son 70 homicidios en todo el país, de los cuales el 90% han sido con arma de fuego, una cantidad superior a la de cualquier otro año desde 2017 en el mismo periodo, según señaló el analista de datos Juan Carbajal. Este incremento en los homicidios evidencia que la mandataria no percibe la magnitud del problema de la delincuencia con claridad. Al ensalzar la gestión del ministro del Interior, transmite la imagen de estar desconectada de la realidad que enfrenta la ciudadanía. La presidenta no puede evadir los problemas nacionales ni emitir mensajes que confundan o generen desconcierto. Un liderazgo efectivo exige afrontar los desafíos con determinación.
Para combatir la inseguridad ciudadana, el país necesita un liderazgo firme, libre de vacilaciones y con una personalidad capaz de tomar decisiones claras y contundentes. El Perú no puede seguir tolerando a una mandataria insegura, caracterizada por su falta de claridad y energía. La impresión de que vivimos en una realidad idílica no solo es errónea, sino también perjudicial para el bienestar colectivo.El Gobierno debe reenfocar sus esfuerzos hacia la búsqueda de la paz social, reconstruyendo el tejido social y restaurando la confianza de los ciudadanos en las instituciones. Este es el camino para enfrentar la crisis de inseguridad y ofrecer a los peruanos un futuro donde prevalezcan la tranquilidad y la justicia.