Esta elección presidencial ya está deslegitimada de forma irremediable. La declinación del magistrado representante del MP, Luis Arce Córdova, a seguir conformando el JNE formulando graves cuestionamientos a la actuación del máximo órgano de justicia electoral, es el colofón de un proceso electoral plagado de irregularidades que fueron toleradas por los actores políticos, por parecer - vistas de manera individual - de poca relevancia, pero que, en conjunto, nos muestra la posible existencia de una perversa conspiración para torcer la voluntad popular en los presentes comicios.

Nunca mejor que hoy se comprueba la certeza del aforismo que reza: “En política no hay casualidades”. Todo empieza con la despiadada persecución política al ex Fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, para imponer a una FN que ha sido obsecuente al poder político que ejerció (y sigue detentando) Martin Vizcarra. Se nos impuso una reforma judicial mediante la cual se creó una Junta Nacional de Justicia en sustitución del fenecido CNM (encargada de nombrar a los jefes de  la RENIEC y de la ONPE, de crucial y controvertido rol, sobre toda esta última, en los actuales comicios) que fue copada también por personajes afines a Vizcarra.

Como nunca ha ocurrido antes, se impidió la elección del nuevo decano del CAL, mediante argucias legales con la que mantiene en el cargo a la decana elegida hace tres años, e impidiendo que se elija al representante del CAL ante el Pleno del JNE.

Con ese cóctel organizaron elecciones generales para el 2021 con un JNE incompleto (cuatro de cinco) que aplicó arbitrariamente el reglamento de elecciones para sacar de la carrera a candidatos por razones nimias.

Habiéndose impugnado muchísimas actas por serias irregularidades que hacen presumir un masivo fraude en mesa, el JNE rechaza todas, negándose a solicitar el padrón de electores, imprescindible para dilucidar, transparentemente, si no hubo suplantación de personas.

Tan grave es la situación que la percepción mayoritaria del 69% de la población, reflejada en una última encuesta de Datum, es que el proceso electoral en segunda vuelta ha sido fraudulento. Resta decir, que lo que mal empieza, mal acaba.

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