En el verano del 2010, una poca conocida playa del distrito de Nuevo Chimbote, en Áncash, se convirtió en noticia nacional debido a que se decía que era la primera playa nudista del Perú. Unos videos de chicos y chicas en total desnudez en el lugar dieron la vuelta por internet y en los medios. Y quien promovía este nuevo y peculiar atractivo turístico era nada más ni nada menos que el mismo alcalde del distrito, Valentín Fernández. Pero el asunto resultó siendo una farsa. Los medios acudieron a Playa Colorada y comprobaron que nada de eso era cierto; y es más, se supo que hubo dinero para contratar a chicas y chicos de night club para que salgan desnudos y promocionen la dichosa playa. El alcalde tuvo que aceptar que todo fue una farsa.
Valentín Fernández tuvo problemas judiciales. Estuvo detenido alguna vez, sometido a orden de captura e investigado hasta hoy por lavado de activos. Para mayores señas.
Da la casualidad que al hermano de Valentín Fernández, el hoy alcalde del distrito de Moche, Arturo Fernández, también le gusta el show como forma de hacer política. Su obra mayor, el famoso huaco moche de gran falo, ha logrado lo que este alcalde siempre busca: causar polémica y convertirse en noticia.
Y, justamente, el polémico huaco sufrió primero un atentado, una rotura a manos de algunos vándalos. Ahora, esta semana, volvió a ser noticia nacional al conocerse que un par de personajes llegaron en la noche armados, redujeron a los hombres de seguridad y procedieron a aplicarles molotov para quemar la réplica del ceramio moche. De película. Por supuesto, Arturo Fernández salió rápidamente a declarar que levantará otros huacos similares más.
Arturo Fernández busca ser candidato a la alcaldía provincial de Trujillo. Es obvio que el huaco de falo enorme es parte inicial de su campaña. Pero en Trujillo muchos encuentran sospechosa la quema del huaco. ¿Será que el show y la farsa vienen de familia?