Este 28 de julio para los peruanos es crucial por donde se le quera ver. Hace muchos años, en el gobierno de Alejandro Toledo, se perfiló el Acuerdo Nacional con una serie de parámetros e iniciativas. Tuvieron una convocatoria que aseguraba consenso en los lineamientos que se esgrimieron. La meta estaba prevista para el bicentenario de nuestra independencia, el 2021. Por lo visto, nada se logró.

Ante omisiones y falta de muchas iniciativas planteadas, allá por el 2014 se volvió a retomar el tema del bicentenario en la idea de nuevamente impulsarlo para el logro de objetivos. Más adelante, en el gobierno de PPK ocurrieron tantas “cosas” que terminamos con tres presidentes y dos parlamentos. Además, para variar, nos visitó el COVID-19, que por lo visto vino a quedarse. En fin, toda esa secuela la tenemos muy clara porque la estamos viviendo hoy. Total, el bicentenario, no fue ni fin, ni menos inicio de algo.

Las últimas elecciones presidenciales también vienen a sumar a nuestra complicada lectura de país. Creo que es la expresión más diáfana con la que puedo decirlo. Después del bicentenario y a un año de gestión, este 28 de julio el presidente proclamado por el JNE, tiene que dar su discurso a la Nación. No olvidemos que el gobierno rompe récords respecto de ministros y jefes de gabinete cambiados. Por ejemplo, qué indicadores de gestión puede mostrar en inversiones, empleo, control en subida de precios de…, control de pandemia, gobernabilidad, credibilidad, transparencia, seguridad, confianza, etc. En fin, ¿qué creen que dirá el 28?