Esta semana el premier Gustavo Adrianzén ha señalado que la seguridad ciudadana y la reactivación económica, serán los pilares del gobierno de la presidenta Boluarte. En efecto, según IPSOS, el 87% de los peruanos se siente cada día más vulnerable frente a la criminalidad e inseguridad en nuestro país.
Por otro lado, para reactivar la economía no solo hay que dinamizar la minería y agroindustria, como también ha señalado el premier. En el año 2023, el PBI del sector pesquero cayó en casi 20% con respecto al año 2022; y por este mal resultado, el PBI nacional cayó en 0.8%, toda vez que la pesca es un actor relevante en la producción nacional, la generación de empleo y divisas. Si se hubieran tomado las medidas adecuadas, el sector pesquero no hubiera caído en 20% y el PBI nacional hubiera sido positivo.
Por ello, este año, para reactivar la economía, el sector pesquero no puede estar excluido. Urge tomar decisiones importantes y oportunas para que las actividades de la pesca industrial se realicen eficientemente; se asignen cuotas de pesca basadas en escenarios reales y con sustento científico; entre otras.
La única ruta que nos llevará a cumplir estos objetivos como sector y como país es trabajar con reglas claras. El PBI no crecerá este año como se proyecta si no se implementan medidas oportunas para la recuperación del sector pesquero industrial, que fue el más golpeado el 2023 y nos llevó a tener un crecimiento negativo como país; siendo, salvo el año de la pandemia, el peor resultado desde 1998. Por ello podemos afirmar que, si no se toma en serio al sector pesquero, el PBI no crecerá; y, sin crecimiento económico, no hay reducción de la pobreza.