La actitud del ministro de Educación, Morgan Quero, es una muestra preocupante de cómo la política puede desviar la atención de los problemas urgentes que enfrenta el Perú. Mientras se embarca en una campaña de imagen en favor de la presidenta Dina Boluarte, parece olvidar su responsabilidad principal: mejorar la gestión educativa en beneficio de los estudiantes peruanos.
Las declaraciones del ministro, pidiendo la reelección presidencial y sugiriendo que “a lo mejor no estamos tan mal y la presidenta lidera las encuestas”, suenan desconectadas de la realidad. Estas palabras no solo generan hilaridad, sino que también parecen ser una cortina de humo para distraer de la crisis que atraviesa el país.
Un ejemplo claro es su inacción ante la decisión del Congreso de permitir que los docentes sean nombrados sin pasar ninguna prueba de méritos, una medida que socava la meritocracia en el magisterio.
Por otro lado hay denuncias de abuso sexual en colegios de la región Amazonas. Son 524 casos que en cualquier sociedad sería una tragedia. ¿Qué ha hecho el ministerio de Educación con esos docentes acusados de violación? Nada.
Por último, los innumerables casos en todo el país, en el que los niños estudian en parques o a la intemperie porque no tienen aulas. El último suceso ocurrió en una institución educativa inicial en Cerro Colorado, Arequipa.
En vez de concentrarse en una defensa extrema a favor de Dina Boluarte, Morgan Quero debe enfocarse en resolver los graves problemas de los escolares peruanos, quiene son el futuro del país.