El gobierno anunció que el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma pasará a llamarse Wasi Mikuna y desde este diario nos preguntamos si este cambio de nombre será suficiente para sacarlo de la crisis institucional en la que se encuentra.

¿Será suficiente que solo haya renunciado una persona para acabar con el esquema corrupto que lucra alimentando con basura a los menores más pobres del país? No necesitamos un borrón y cuenta nueva, necesitamos que este programa, sin importar cómo se llame, cumpla a cabalidad la función para la que fue creado y que haya responsabilidad política en el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) pues la manera cómo se ha manejado la enésima crisis en la que se ha visto inmerso Qali Warma deja mucho que desear. No basta con la renuncia de su último director, Pedro Ripalda. No olvidemos que la presidenta Dina Boluarte, el ministro Julio Demartini y el vocero Fredy Hinojosa estuvieron directamente a cargo del programa ya que ellos fueron titular del Midis, viceministro de Prestaciones Sociales y director de Qali Warma, respectivamente. Envenenar a los menores más pobres del país no debería quedar sin un responsable político, pero el Congreso decidió no censurar a Demartini y ahí lo tenemos, que si no hubiera pasado nada.

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