No hay duda que el hasta hace poco embajador cubano en el Perú, Carlos “El Gallo” Zamora, era un agente de la inteligencia castrista dedicado a sabotear y desestabilizar la democracia peruana, por lo que no se entiende por qué la exmandataria Dina Boluarte y los tres cancilleres que tuvo en su gestión, jamás concretaron su salida del Perú, algo que en menos de un mes sí hizo la administración interina de José Jerí.
Zamora llegó al Perú en 2021 y lo lógico hubiera sido que apenas cayó Pedro Castillo tras su fallido golpe de Estado del 7 de diciembre del 2022, este sujeto haya sido invitado a retirarse de nuestro país, pues desde su llegada se sabía que era un coronel de la inteligencia cubana enviado a tratar de consolidar el régimen del profesor chotano. Sin embargo, siguió en Lima bajo la fachada de embajador.
Orlando Gutiérrez, uno de los líderes del exilio cubano en Miami, ha dicho a Correo que Zamora tuvo mucho que ver con las acciones violentas cometidas por grupos de izquierda radical tras la caída de Castillo, y que luego de eso se ha mantenido activo generando “ruido” y dando pautas a la izquierda local, todo en desmedro de nuestra democracia y soberanía.
El gobierno del presidente Jerí, a través de su canciller Hugo de Zela, ha tomado la mejor decisión para el Perú al haber sacado a Zamora, pero hay quienes nos deben una explicación por haberse quedado de brazos cruzados por tanto tiempo.




