El Gobierno de Dina Boluarte se encuentra en la recta final tras haber convocado a elecciones generales. Sin embargo, ello no significa que pueda desentenderse de los graves problemas que atraviesa el país y dejar la responsabilidad en manos de quienes vendrán después. La situación del Perú demanda atención y acción inmediata.

Recientemente, el colapso del techo de un colegio en Ayacucho, que dejó a varios estudiantes heridos, ha evidenciado una preocupante negligencia. El director del centro educativo denunció que el ministro de Educación, Morgan Quero, conocía del mal estado de la infraestructura tras las advertencias de Defensa Civil, que había declarado el lugar de alto riesgo. A pesar de ello, no se tomaron medidas preventivas ni correctivas. Este incidente no es un hecho aislado, sino parte de una realidad alarmante: según el propio Ministerio de Educación, 28 mil colegios públicos, es decir, el 51% del total, se encuentran en condiciones precarias, poniendo en peligro la integridad de más de un millón 300 mil escolares.

Resulta preocupante que, a pesar de la magnitud del problema, Morgan Quero, con casi un año en el cargo, no haya dado prioridad a la resolución de esta crisis. En lugar de enfocarse en proteger la seguridad y el derecho a una educación digna para los escolares, parece más interesado en defender férreamente a la presidenta Boluarte. A esto se suma la reciente denuncia periodística que lo vincula con presuntos beneficios contractuales a la hija de su sastre. Esto agrava aún más la percepción de desidia y falta de compromiso del Gobierno.