Los asaltos en las calles se han vuelto cada vez más violentos y en los hogares o negocios han aumentado a cualquier hora del día, pese a estar en pandemia. Una de las maneras más eficaces para enfrentar a la delincuencia es el trabajo coordinado entre residentes, municipios y la policía.
Así lo señala Milenka Forton, especialista de la Gerencia de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Lima, quien afirma que en 3 de las 20 juntas vecinales que hay en el Cercado han logrado reducir en un 8% los hurtos y robos en los últimos meses. Pero ¿en qué consisten estas juntas? Forton explica que, primero, las personas deben acercarse a la oficina de participación ciudadana de la comisaria de su sector, donde serán capacitados por los efectivos de la PNP. Luego, los vecinos deben elegir a los coordinadores de cada sector y, por último, organizarse junto al serenazgo para validar las herramientas de seguridad con las que cuentan, como silbatos, cámaras de seguridad, rejas, etc.
TECNOLOGÍA. “Antes de la pandemia, los propietarios se organizaban con los efectivos y realizaban rondas mixtas diarias (patrulla y a pie). Sin embargo, debido a la coyuntura, las coordinaciones se hacen mediante chats de WhatsApp”, afirma.
Forton cita el caso del jirón Washington, en Lima, como un ejemplo en donde basta una llamada dando cuenta de la ocurrencia para que se activen los megáfonos instalados en la zona.
BARRIO SEGURO. Al respecto, el comandante en retiro de la PNP Eduardo Núñez menciona que para que las juntas vecinales tengan éxito, los coordinadores deben estar altamente capacitados en seguridad y los comisarios identificados con su distrito. “Es necesario que se respete y haya continuidad en los programas de seguridad. Si cambian a las autoridades se debe seguir aplicando un modelo para bajar el índice delincuencial”, menciona el exoficial.
Núñez, quien estuvo a cargo de la Gerencia de Seguridad Ciudadana de Los Olivos en el 2017, indicó que entre las modalidades de hurto que van en aumento en Lima Norte están los robos de bicicletas y vehículos, debido a que se usan las calles como cochera. “Debemos seguir los ejemplos de Huaycán y Villa el Salvador, que tienen pulsadores de alarmas en los celulares y los vecinos salen con ollas y silbatos para ahuyentar al delincuente”, indicó.