Este jueves 25 de noviembre - fecha en que se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres - la Fundación Forge para Perú y Colombia advirtió que la pandemia ha empeorado los índices y el grado de esta violencia. Además, se alertó que cada una hora y media desaparece una mujer en el país, vinculándose a razones de género, como feminicidio, violencia sexual o física, y trata de personas, según el último reporte “¿Qué pasó con ellas?” de la Defensoría del Pueblo.
“Más de 3.400 niñas, adolescentes y mujeres (el 65% menores de edad) se han reportado como desaparecidas en Perú entre los meses de enero y julio. Solo en lo que va del año (hasta mayo), son más de 50 mil los casos registrados de violencia de género, llegando a picos de más de 10 mil por mes, lo cual es muy alarmante”, indicó María José Gómez, directora de la Fundación Forge para Perú y Colombia.
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¿Cuál es el impacto de la violencia de género en la economía?
De acuerdo con la Fundación Forge, el impacto de la violencia que ejercen los hombres sobre y contra las mujeres es descomunal en su salud mental, física, sexual, reproductiva y, por supuesto, económica, este último punto es el menos comúnmente analizado.
Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, solamente en Villa el Salvador cada mujer víctima de violencia gastó en 2018 entre S/.1100 y S/.1700 en responder a la violencia, ya que ellas asumieron el 44.7% de las pérdidas y el resto fue asumido por la comunidad.
“Los índices son tan elevados que muestran con claridad que no se trata de casos individuales o aislados, sino de una estructura que perpetúa las formas de opresión contra las mujeres”, sostiene Gómez.
De acuerdo con el Observatorio Nacional De La Violencia Contra La Mujer y Los Integrantes Del Grupo Familiar, el gasto de las víctimas oscila entre 1,150 y 1,523 soles sobre los ingresos laborales por año. Se añade a esto las pérdidas económicas y profesionales derivadas de la angustia y el miedo con el que viven las víctimas.
“La autonomía económica de las mujeres es la que minimiza el impacto, existen evidencias de que los programas de inclusión económica dirigidos a mujeres reducen a la mitad el riesgo de ser víctima de violencia”, analiza la directora de la Fundación Forge para Perú y Colombia.
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“El país pierde casi un 4% del PIB por los efectos de esta violencia contra las mujeres. La relación entre violencia e ingresos parece clara, y esta violencia tiene que ser detenida, como ciudadanía comprometida por acabar con esta lacra, desde los programas nacionales y con sanciones proporcionales al daño”, agregó.
La especialista considera que es necesario cambiar los modelos educativos y de socialización que justifican esta violencia, incluir el enfoque de género en la currícula desde la primera infancia, capacitar a docentes, policías y sanitarios, y ofrecer a las víctimas programas de inclusión laboral para reducir paulatinamente.