El apoyo comunitario es crucial para mejorar la autonomía y calidad de vida de las personas con sordoceguera.
El apoyo comunitario es crucial para mejorar la autonomía y calidad de vida de las personas con sordoceguera.

Cada 27 de junio se conmemora el Día Internacional de la Sordoceguera, una fecha establecida para dar visibilidad y reconocer la importancia de respetar sus derechos. Así, se recuerda a Helen Keller, la primera persona con esta condición en graduarse de una universidad, nacida en este día en 1880.

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En el Perú, los datos de la Primera Encuesta Nacional Especializada sobre Discapacidad (Enedis) del 2012, realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), revelan que seis de cada diez personas con discapacidad presentan más de una limitación; el 30.3 % tienen limitaciones visuales y auditivas, y el 31.2 % multidiscapacidad. Este escenario resalta la necesidad de políticas inclusivas y servicios especializados.

El reconocimiento oficial de la sordoceguera como una discapacidad única en el Perú se formalizó el 1 de mayo de 2010 con la aprobación de la Ley N° 29524. Esta no solo reconoce la dactilología y el sistema braille como sistemas de comunicación válidos, sino que también establece la necesidad de servicios de guía e interpretación para facilitar la vida diaria de las personas sordociegas.

En la ley se define a la sordoceguera como una “discapacidad que se manifiesta por la deficiencia auditiva y visual simultánea, en grado parcial o total, de manera suficiente y grave para comprometer la comunicación, la movilización y el acceso a la información y al entorno”, lo cual dificulta significativamente la comunicación, el acceso a la información y la movilidad.

Este grupo es extremadamente heterogéneo: algunas personas no oyen ni ven en absoluto, mientras que otras pueden tener algún grado de percepción visual y/o auditiva. La forma en que la sordoceguera afecta a una persona varía en función de la edad de aparición y otros factores. Por ejemplo, algunas personas nacen con sordoceguera o la desarrollan antes de adquirir el lenguaje. Sin embargo, existe otro grupo que puede perder la vista o la audición de manera progresiva.

El apoyo comunitario es crucial para mejorar la autonomía y calidad de vida de las personas con sordoceguera. Esto incluye desde la oferta de servicios de salud integral en los establecimientos del primer nivel hasta los centros especializados a nivel nacional.

En este Día Internacional de la Sordoceguera, el Minsa instó a apoyar y promover su inclusión. De esa forma, garantizar que sus derechos sean plenamente respetados. La sordoceguera es una condición desafiante, pero, con el apoyo adecuado, las personas que la padecen pueden llevar una vida plena y significativa.

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