El equipo de protección personal del subteniente CBP Francisco Sánchez cumplió su ciclo de vida el año pasado. Si ahora ingresara a apagar un incendio con la cotona (chaqueta), pantalón, guantes y botas que tiene, el riesgo de sufrir quemaduras es mayor a si lo haría con un uniforme de estreno o en buenas condiciones.
MIRA ESTO| Trujillo: colocarán 108 mil sacos con arena para evitar desbordes por lluvias
Aunque no lo quiere decir, es fácil observar que los guantes están desgastados y que por las botas ya comenzó a filtrar agua. “Mi equipo es de aproximación; o sea, no puedo acercarme mucho al fuego y solo debo atacarlo de lejos. Pero si llegara a pasarme algo, se prendería, pues estamos expuestos a caídas, derrumbes, explosiones”, cuenta Sánchez.
Emergencia
Francisco Sánchez Vidarte es natural de Pacasmayo, pero como decidió estudiar computación e informática en Trujillo dejó el puerto. Pertenece a la promoción 2012 del Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú y es uno de los más de 300 efectivos que entregan su vida en la Compañía de Bomberos “Salvadora Trujillo” N° 26.
El último jueves, la estación bomberil inició su colecta anual “Ayúdanos a ayudar”. El objetivo, según el primer jefe del cuartel, capitán CBP Yarco Calderón Reátegui, es recaudar S/ 100 mil para cubrir parte de las necesidades que tiene el cuerpo de bomberos en la capital liberteña. “Hablamos de equipamiento, tanto para nuestros efectivos como para nuestros vehículos”, indica el hombre de rojo.
Un informe de la III Comandancia Departamental La Libertad presentado este año precisa que en el distrito de Trujillo prestan servicio 333 bomberos y en toda La Libertad, 1,185; es decir, la capital del departamento concentra el 28,1% del total de efectivos.
De acuerdo con Yarco Calderón, la compañía “Salvadora Trujillo” cubre entre el 70 y 80% de las emergencias que se presentan en toda la región por ser la “mejor” equipada y la de mayor número de agentes. Sin embargo, de los más de 300 bomberos que tiene, únicamente 16 poseen uniformes relativamente nuevos, pues la última adquisición se hizo en 2018, cinco años atrás, “justo el tiempo de vida útil de un equipo de protección”.
“Los equipos, se supone, son personales, pero como no hay más tenemos que prestarnos o usar los que están viejos. Algunos bomberos, incluso, se compran los suyos”, añade Calderón.
De producirse un incendio de grandes proporciones, solo ocho bomberos de la “Salvadora Trujillo” N° 26 podrían arriesgar sus vidas en medio de las llamas con un equipo de aire autocontenido, pues no hay más. “Nuestra necesidad por lo menos es de 60 equipos. Cada uno puede llegar a costar entre 10 y 12 mil dólares”, dice el capitán, cuya compañía ya ha atendido en lo que va del año 720 emergencias en toda la región.
El local donde funciona la estación bomberil de Trujillo tiene una antigüedad de 68 años y un área de al menos 1,000 m2. Su estado es solo regular y está bastante lejos de parecerse al de la Academia de Bomberos de Chile, que cuenta con un complejo con más de 45 módulos de entrenamiento en un área de 128 mil m2.
En casi siete décadas, en el cuartel de Trujillo se hicieron ampliaciones solamente dos veces: 1977 y 2007. “Es vital dejar de pensar que invertir en seguridad es un gasto y no una inversión”, enfatiza el referido informe.
Diagnóstico
La Libertad está integrada por 12 provincias, pero solamente cinco tienen una o más compañías de bomberos. Pese a su accidentada geografía y los incendios forestales que se producen cada año, ninguna localidad de la sierra cuenta con una estación bomberil.
Además, de acuerdo con indicadores de la misma comandancia departamental, en esta región se registran al menos nueve incendios por semana, una fuga de gas cada tres días, un rescate cada 96 horas, 3.20 emergencias médicas por día y 2.12 accidentes vehículares cada 24 horas. Estas cifras confirman la necesidad de contar con más cuarteles en la región.
“En la actualidad tenemos 15 compañías –en las provincias de Trujillo, Virú, Ascope, Pacasmayo y Chepén–, pero debería haber 30. Hay ciudades con más de 20 mil habitantes como Huamachuco, Otuzco, Pataz, Santiago de Chuco, Julcán, Gran Chimú y otras; no obstante, sus autoridades priorizan su plaza de toros, su estadio, su mercado zonal, su fiesta patronal, y no la seguridad de su población con una compañía de bomberos”, lamenta el comandante departamental, brigadier CBP Gelqui Gómez Guerrero.
Para explicar mejor esta situación, Gómez cita como ejemplo a Chile. El país sureño tiene una población de 19 millones de habitantes y cuenta con casi 1,600 compañías de bomberos. “En Perú somos 32 millones; sin embargo, hay solo 247 cuarteles”, señala.
Si La Libertad tiene 2 millones de habitantes y 15 compañías de bomberos, agrega el comandante, quiere decir que hay una compañía por cada 133 mil personas. “Lo ideal es tener un cuartel por cada 20 o 25 mil [personas]”, subraya.
El parque automotor es otro déficit que sufren los bomberos en la región. La Libertad posee 75 unidades, entre autobombas, rescate, ambulancias, cisterna y auxiliares o de apoyo. De este total, 16 (21.33%) tienen entren 0 a 10 años de antigüedad; 10 (13.33%), de 11 a 20; 7 (9.33%), de 21 a 30; 17 (22.67%), de 31 a 40 y 25 (33.33%), de cuatro décadas a más. Además, el 40% (30) está fuera de servicio y el 41% presenta fallas.
Gelqui Gómez cree que esta dura realidad podría cambiar solo con una decisión de las autoridades de turno. “No pretendemos dar pena, somos voluntarios. Todo bombero tiene su oficio o profesión, pero sí hay mucho por hacer. Lo que necesitamos es que nos ayuden a servir, a dar. Nuestro fin supremo es la vida y son las autoridades las que tienen que entender que la misma ley les exige invertir en los cuerpos de bomberos”, sostiene.
