Sin llegar a los 11 meses de gestión, el presidente Pedro Castillo ha cambiado a tantos ministros, que el número de titulares en los portafolios está por alcanzar, iguala o supera la cifra de los principales gobiernos anteriores, incluso de aquellos que cumplieron sus cinco años de gestión.

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Esta situación, de acuerdo con la especialista en políticas públicas Alexandra Ames, conduce a que haya una “hiperinestabilidad” en los despachos del Interior, Economía, Salud, Agricultura, Transportes y Energía y Minas.

Conteo. En solo 10 meses de gestión, Castillo puso al mando del Ministerio del Interior a cinco ministros: Juan Carrasco, Luis Barranzuela, Avelino Guillén, Alfonso Chávarry y Dimitri Senmache, hoy encargado actual del despacho.

El expresidente Pedro Pablo Kuczynski -cuyo gobierno apareció un año y ocho meses- designó a dos titulares en dicho sector. En el caso del exmandatario Martín Vizcarra, fueron cinco. En la era de Francisco Sagasti, solo se nombró a tres.

Así las cosas, los cambios que Castillo ha ejecutado en el Ministerio Interior están por alcanzar los números del gobierno del expresidente Alejandro Toledo, en el que -en cinco años- hubo seis titulares en dicho portafolio.

En la siguiente gestión, en la que Alan García cumplió su segundo mandato, se designó a siete titulares de ese portafolio.

Ese número se repitió en el gobierno de Ollanta Humala, en el que también hubo siete ministros de esa cartera.

En resumen, aun sin llegar al año, Castillo está cerca de romper el récord de cambios en dicho sector, ahora dirigido por Dimitri Senmache, quien podría enfrentar una censura en breve por la fuga del extitular de Transportes Juan Silva, protegido de Castillo.

Lo mismo se puede decir de Energía y Minas. Allí se nombró a Iván Merino, Eduardo González, Carlos Palacios y, en dos ocasiones, a Alessandra Herrera. Es decir, hubo hasta cinco cambios.

Desde 2001, el período con mayor número de designaciones en ese despacho ocurrió en la era de Vizcarra. En sus dos años y ocho meses de gestión hizo hasta seis nombramientos.

Otra cartera con un panorama similar es la de Desarrollo Agrario. Desde el 28 de julio de 2021, el actual jefe de Estado designó a cinco titulares: Víctor Maita, Alberto Ramos, Óscar Zea, Javier Arce y Andrés Alencastre.

El gobierno de Alejandro Toledo, en sus cinco años, tuvo el mismo número de ministros.

En el caso del Ministerio de Salud, esto se repite. En 10 meses de gestión hubo tres titulares, uno de ellos fue Hernán Condori, el polémico funcionario que en su pasado médico promovía el ‘agua arracimada’ sin contar con respaldo científico para su uso.

En sus cinco años de gobierno, Alan García y Humala tuvieron igual número de ministros de Salud. En el caso de Toledo, hubo cuatro (ver infografía).

Para Alexandra Ames, la inestabilidad en los ministros siempre “ha existido” por enfrentamientos políticos entre el Congreso y el Ejecutivo. Sin embargo, advierta que normalmente impera la lógica de contratar a un ministro que sea 100% político.

“No estamos en esta inestabilidad de siempre, sino que la situación se agravó al punto de tener una hiperinestabilidad”, alertó en diálogo con Correo.

Agregó que llegamos a esta situación no solo porque los ministros designados son 100% políticos, sino porque no tienen ninguna preparación en lo político y, menos, en lo técnico.

“Sumado a esto, son personas que tienen grandes cuestionamientos, con temas judiciales o porque están en procesos que cuestionan su integridad moral”, alertó.

El no elegir adecuadamente a sus funcionarios -refiere Ames- hace que la oposición tenga argumentos para ir en contra del Ejecutivo. En ese sentido, agregó, Castillo prefiere favorecer el clientelismo político.

Recordó que hace unos meses el jefe de Estado comentó que nadie le enseñó a ser presidente, pero resaltó que si tuviera interés en apoyar a los más pobres, el mandatario debería rodearse de personas más técnicas y profesionales.

“Se ha visto en la práctica que no hay ningún interés del presidente Castillo por enmendar esos problemas (de remociones constantes)”, refirió.

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Ames recalcó que bajo una presión mediática siempre se cambia a un ministro, pero el reemplazante no está en mejores condiciones que el anterior.