El nombre del legislador de Alianza para el Progreso (APP) y presidente del Congreso, Alejandro Soto, está presente en el ojo público debido a los constantes cuestionamientos que surgen sobre su historial y su gestión. Sin embargo, lejos de aclarar su situación, el máximo representante del Parlamento opta por alejarse de los medios de comunicación, tal como lo hacía el expresidente Pedro Castillo.
Precisamente, hoy se cumplen 46 días desde que Soto decidió guardar silencio ante la prensa. La última vez que declaró para todos los medios en Lima fue en una extensa conferencia, cuando se hicieron públicos una serie de hechos que ponen en tela de juicio su capacidad para permanecer frente al cargo.
SILENCIO
Alejandro Soto Reyes ganó la presidencia del Congreso el 26 de julio de 2023, cuando ya era de público conocimiento que aparecía en diferentes carpetas fiscales.
A dos días de asumir el cargo, se conoció que contrató a Yeshira Peralta Salas, su cuñada, como coordinadora de su despacho parlamentario.
Mientras que dos semanas después se reveló que Soto se acogió a una ley de prescripción para ser salvado de una condena por estafa.
Incluso, el apepista negó que la norma que el Parlamento aprobó en mayo lo haya beneficiado. Sin embargo, documentos judiciales dieron cuenta que sí utilizó la ahora llamada “Ley Soto” para no ser condenado a ocho años y ocho meses de cárcel.
Ante el escándalo de graves denuncias, el 15 de agosto, el presidente Soto se vio obligado a convocar a una conferencia de prensa para defenderse. Primero citó a la reunión para el lunes 28 de agosto, pero ante las críticas por la lejanía de los días, optó por adelantar la cita para el viernes 18 de agosto.
Fue así que se pronunció por cada uno de los casos.
Por ejemplo, sobre la contratación de Yeshira Peralta, señaló que esta fue contratada antes de que iniciara la relación sentimental con la hermana de esta.
“Ella renunció cuando llegué a la presidencia de la Mesa Directiva, pero no debía y tendría que seguir trabajando”, señaló Soto.
Sin embargo, tiempo después se evidenció que conocía a la madre de su hija incluso antes de su campaña como candidato al Congreso.
“Creo que tenemos ser claros, objetivos y precisos para decir que estos hechos no me descalifican para ser congresista de la República y menos presidente. Es bueno que sepan, yo me someto a la Comisión de Ética, pero solo puede investigarme por mi actuación como congresista desde el 27 de julio del año 2021 en adelante”, manifestó.
El legislador trató de cuestionar las investigaciones periodísticas bajo el argumento de que intentan descalificarlo para el cargo.
Todo indica que desde entonces, el presidente del Parlamento decidió no hablar con los hombres de prensa.
Si bien el 22 de agosto tuvo una entrevista, fue en el medio RTV El Diario de Cusco, donde atacó a los medios de comunicación de la capital en lugar de responder a los cuestionamientos en su contra.
“La prensa limeña no quiere perder y me da duro, y me sigue dando duro. Pero se equivocan conmigo porque poco o nada me interesa lo que ellos digan. Los periodistas no votan en el Congreso de la República”, afirmó.
En esa ocasión arremetió de manera reiterativa contra la prensa de la capital.
“Los periodistas pueden tener cuestionamientos a mi persona, eso se verá en instancias judiciales si tengo responsabilidad, pero no en instancias parlamentarias. ¿Qué cosa van a lograr? Solo descalificarme como persona, pero eso no va a decidir mi futuro como presidente del Congreso”, indicó.
EVASIVO
A diferencia de otros expresidentes del Congreso, Soto no se ha sentado en sets de televisión para responder por los cuestionamientos, tampoco se ha detenido en el Hall de los Pasos Perdidos de la sede Legislativa para declarar a la prensa.
Cuando un programa periodístico dio cuenta de que Soto utilizó a sus trabajadores congresales para que lo defiendan en redes sociales a través de cuentas falsas, es decir, con “troles”.
Además, se evidenció mediante unos chats, que los trabajadores pagaban de su bolsillo una cuota voluntaria “solidaria” al apepista para financiar la publicidad en sus plataformas digitales.
En consecuencia, la Fiscalía le inició una indagación preliminar por la presunta comisión del delito de concusión.
Inmediatamente, Soto utilizó su cuenta en X (antes Twitter) para publicar un video en sus redes sociales en el que afirmaba que se allanaba a las investigaciones.
El 28 de agosto, Cuarto Poder presentó más chats que evidenciaban que los trabajadores de Soto se habrían convertido en trolls, remunerados con fondos públicos, para atacar y burlarse de congresistas de otras bancadas.
En aquella ocasión, Soto Reyes publicó un comunicado en sus redes sociales para rechazar las acusaciones.
Posteriormente, un informe dio cuenta del plagio de su tesis doctoral con el 67% de similitud de otros textos que no fueron citados, incluso, la investigación fue la misma que presentó para obtener el grado de magíster.
Sobre este caso, el 5 de setiembre, publicó un comunicado justificándose al referir que en la época en que desarrolló el trabajo no existía el sistema antiplagio Turnitin.
Además de sus mensajes en sus redes oficiales, Soto no ha tenido la intención de declarar a la prensa, menos aún de informar de las actividades que tiene en la semana de representación, a pesar de que estas las realizó en Lima.