En una conferencia de prensa, el canciller Javier González-Olaechea destacó el deterioro de las condiciones democráticas en Venezuela como la causa principal de la actual crisis diplomática entre entre Venezuela y Perú.

El ministro de Relaciones exteriores subrayó que el gobierno peruano ha solicitado el retiro de todo el personal diplomático venezolano en Perú y viceversa.

La controversia se intensificó tras las declaraciones del canciller peruano, quien afirmó que las actas verificadas al 73% por organismos políticos independientes muestran claramente que Edmundo González es el presidente electo de Venezuela.

Las acusaciones contra el régimen venezolano son serias y contundentes. Se le acusa de hackear el sistema electoral y de alterar los votos, acciones que han sido fuertemente condenadas por la comunidad internacional. Estas acciones han generado una profunda preocupación sobre la legitimidad del proceso electoral y el futuro democrático de Venezuela.

En respuesta a estas acusaciones y para proteger la integridad democrática, Perú ha decidido tomar medidas drásticas. No solo ha solicitado el retiro de los diplomáticos, sino que también busca garantizar que los servicios consulares no se vean severamente afectados por esta ruptura.

Para ello, el gobierno peruano está explorando la intervención de un tercer país que asuma temporalmente estas responsabilidades consulares, asegurando así que los ciudadanos de ambos países continúen recibiendo los servicios necesarios.

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