Carlos Anderson. (Foto: César Bueno)
Carlos Anderson. (Foto: César Bueno)

El economista y congresista Carlos Anderson dijo que el sistema de justicia se convirtió en un negocio en los 90 por lo que urge que el Ejecutivo, y el Congreso, trabajen una reforma para cambiar instituciones y así dar sustento y cohesión al modelo de economía social de mercado que apuesta por una efectiva competencia.

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¿Qué reforma le faltó a Fujimori?

Se tienen que cambiar los aspectos que determinan el crecimiento de largo plazo y eso lo determina una variable que los economistas llamamos la productividad total de los factores, es decir, todos los elementos que no son ni el aumento de la fuerza laboral ni el aumento de la infraestructura, que son fundamentales, pero además hay una serie de condicionantes que impulsan o impiden el crecimiento económico. Por ejemplo, el tema institucional. No se puede tener inversión privada boyante si se tiene una justicia que es un hueco negro, como en Perú. La inseguridad jurídica espanta la inversión. Nunca se hizo una reforma genuina del sector justicia; el sistema se pervirtió en el gobierno de Fujimori porque se compraron jueces, fiscales. Es una reforma que no se hizo y hoy pagamos.

¿Pasa por una reforma constitucional?

Es una reforma de todo tipo y debe ser el resultado de una acción conjunta del Congreso y del Ejecutivo. Lo primero que se necesita es una reforma institucional, reformar instituciones básicas que den sustento y cohesión al modelo de economía social de mercado y de democracia representativa que, supuestamente, tenemos. Por ejemplo, se creó el BCR, se fortaleció la SBS, se crearon reguladores, pero no se les dotó de la fuerza necesaria para evitar que la economía termine mercantilista, en la que hay oligopolios y todo tipo de distorsión económica. Por esto no somos competitivos. Además, se necesitó una verdadera reforma laboral para evitar la tragedia que generaron los despidos de la reforma del Estado; se permitió abiertamente la informalidad porque abrieron actividades sin ningún tipo de control. Otro ejemplo son las universidades, se permitió que cualquiera abra una universidad con opción de estafar a los jóvenes. Esto afecta la calidad de la educación y, a la vez, afecta la fuerza laboral. Por esto tenemos tan baja productividad.

¿Qué más falta?

Fortalecer y crear una política social que permita a los peruanos acceder a un verdadero sistema de pensiones; el sistema de AFP estuvo bien, se permitió la participación privada, pero con tanta liberalidad que, prácticamente, no hay pensiones. Ahora se promueve una reforma en la que el Estado subsidie el fracaso de las AFP para dar pensiones dignas. Fue un fracaso porque se crearon sistemas de exclusión, no de inclusión, solo se benefician los que tienen empleo formal. No se trabajó para evitar la informalidad o crear mecanismos especiales para quienes viven en la informalidad. No se ha legitimado socialmente el modelo de economía social de mercado

¿Pero cómo corregir?

Con leyes valientes, pero se requiere liderazgo, arte de negociación, lo que no hay en el Perú. Un gobierno como el de la señora Boluarte, básicamente, trabaja para sus propios intereses. Fue necesario que las reformas iniciales, de hace más de 30 años, se hubiesen complementado con una verdadera reforma educativa, una verdadera reforma laboral, con un Plan Nacional de Infraestructura que refleje los intereses nacionales del Perú. Hoy se habla de Chancay, pero es una inversión china que responde a intereses estratégicos de ese país; no se ha tenido un sistema de planificación inteligente para dar el salto que se necesita y aprovechar todos los recursos que tenemos, como el cobre, oro. Perú se ha limitado a exportar metales en la forma más básica, no hemos creado industria a su alrededor. Es una tarea enorme.

¿En esencia hay que partir con una reforma institucional?

Sí, y es la percepción que tienen los inversionistas extranjeros. Es el ejemplo de los que tienen una concesión minera, que es invadida por mineros ilegales. Esto forma parte de los problemas institucionales que asustan a los inversionistas.

3.1% se estima crecería la economía en 2024.

5% crecería Perú por precio alto del cobre.

Carlos Anderson

Economista y congresista

Doctor en Historia  Económica de la London School of Economics.

Master en Economía de la Universidad de Londres.

Economista  de la Universidad del Pacífico.

Presidente Fundador del Instituto del Futuro.

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