En las últimas horas, el congresista Carlos Anderson (Podemos) fue cuestionado por supuestamente pertenecer a un grupo conspirativo de parlamentarios de derecha que buscan la destitución del presidente Pedro Castillo. La reunión organizada por la Fundación Friedrich Naumann se dio el 9 de febrero en el hotel Casa Andina y fue revelada por el semanario Hildebrandt en sus Trece.
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¿Qué puede decir sobre las acusaciones en su contra por estar involucrado en una supuesta conspiración junto a otros colegas para vacar al presidente Castillo?
Para comenzar, hay una serie de afirmaciones (en ese informe periodístico) que no se ajustan a la verdad. Por lo menos, al señor Carlos Hakansson nunca lo vi. Sobre la señora Lourdes Flores, el autor de esa nota dice que parecía que no llegaría, pero sí estuvo. Luego dijo que se conversaba en la mesa sobre el artículo 117 de la Constitución: Estábamos hablando de otros temas, como de fútbol, te cuento. Básicamente esto es un chiste que tiene una intencionalidad, la intención es básicamente achatar la estatura moral del Congreso para igualarla al del Ejecutivo y decir ‘con qué autoridad me críticas’. Así es como actúa la mafia.
¿En qué momento se coordina con usted la asistencia?
Yo recibí por whatsapp la invitación de la Fundación Friedrich Naumann. He ido varias veces a reuniones de este tipo, que realizan estos seminarios. Ellos son dueños de decir a quiénes invitan. Tengo mucha empatía con la gente de la Fundación, y era interesante lo que tenían como programa. Efectivamente me encontré con muchos colegas desde muy temprano. Tuvimos presentaciones de una académica desde Washington hasta un politólogo de Santiago de Chile, así como diferentes lecturas de historia y de las crisis políticas del Perú. Todos esos elementos con los que se discute y aprende. La idea de ir a un lugar público para complotar es ridícula.
¿Usted se entera del seminario por Whatsapp, pero esta o la semana pasada?
Un día antes de llevarse a cabo el programa me llega la invitación. No es nada del otro mundo.
¿Qué temas trataron?
Política general y crisis política…
¿Tocaron el tema de la vacancia?
Pero, a ver, ¿cómo no hablar hoy en día en el Perú de un tema que está en boca de todo el mundo? Aquellos que dicen que están complotando, les respondo que la gente que estuvo son gente que está a favor de la vacancia, lo han dicho, no es una novedad. En mi caso, por ejemplo, es distinto. Estuve todo el tiempo opuesto a la idea de una vacancia, pero ahora cambié de opinión (...). Claro que iba a estar ese tema en la conversación pero no fue un cónclave para saber cómo sacamos a Pedro Castillo.
¿No genera sospechas que se reúnan políticos de una misma tendencia?
No. Oscuras y sospechosas son las reuniones en Sarratea, las reuniones con lobistas en Palacio. Oscuras son las personas a las que incluye (en cargos) el presidente, que al final sus propios exministros dicen que no sirven para nada porque los que gobiernan están en la sombra. Lo que pretenden es igualar y decir que nosotros también nos reunimos en la sombra. Yo me pregunto, ¿si uno quiere complotar se va a un hotel donde está todo el mundo?
¿Pero por qué irse a una sala privada de un hotel?
Cualquiera que hace una reunión en un hotel tienen una sala privada para conversar. Ahí no hay nada secreto. Si quieres hablar en secreto te vas a un sauna donde no te puedan grabar. A mí me parece alucinante.
¿Hace cuánto tiempo se enteró que el seminario estaba organizándose o se hablaba de ello en el Congreso?
Normalmente invitan directamente y aceptan o no acudir a la cita. En el caso de la Fundación, yo voy a sus eventos de manera regular (…). ¿Cómo puede alguien con maldad tratar de convertir en complot lo que era simplemente un seminario de carácter político, pero con una visión académica? Con todo lo que se ha armado, entonces seríamos los complotadores más estúpidos del mundo porque sabemos perfectamente que lo hacemos en público donde la gente se graba, se toma fotos y cosas por el estilo.
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Si políticos de izquierda hubieran hecho lo mismo, ¿cuál hubiera sido su percepción?
Pero ellos se reúnen todo el tiempo. A mí nunca me invita el presidente a que lo acompañe a esos viajes que tienen algunos congresistas de Perú Libre. A mí nunca me invitaron a Palacio, a Sarratea o a algo por el estilo.