El past presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) en Lambayeque, Julio García Peña, expresa sus opiniones acerca del nuevo periodo de protestas que vivirá el país. Anota que el clima de inestabilidad y malestar social también pasa factura a la economía.
¿Cuál es la opinión del sector empresarial respecto a la nueva movilización denominada La tercera toma de Lima?
Desde la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) vemos que es una mala decisión porque termina perjudicando la imagen externa del Perú. Un clima de inestabilidad política espanta las inversiones o hace que retroceda la expectativa de empresarios extranjeros y que se pierda la confianza. Soy claro al sostener que mientras no haya más inversión, no se generarán empleos dignos y que eso afectará a las familias pobres que cada vez tendrán menos oportunidades. Es preocupante que no haya un liderazgo y que no se ponga una solución.
Pero la solución para las organizaciones que convocan a la marcha, solo pasa por la renuncia de la presidenta Boluarte y ella ha declarado que terminará su mandato en el 2026
Es que el Gobierno tiene que seguir funcionando, ya no podemos estar en este constante cambio de presidentes o de Congresos. La dinámica empresarial y de inversiones exige de estabilidad y de que se tenga una visión de país. Desde la Sociedad demandamos eso al Ejecutivo, al Congreso y a las organizaciones que hacen oposición. El país está perdiendo oportunidades, tenemos un atraso que afecta el desarrollo social, la salud y la educación. Es momento de que la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) busque el diálogo con los líderes de las marchas, para llegar a un consenso y salidas realistas. Las protestas de diciembre (2022) y enero (2023) han provocado graves pérdidas económicas. Tiene que entenderse que la gran mayoría de unidades de negocio son micro empresas o pequeñas empresas, que día a día se esfuerzan por crecer; si pones paros, bloqueos de carreteras o quema de instituciones, los perjudicas gravemente y por eso luego viene la inflación, desempleo y desnutrición.
Es difícil encontrar una salida, digamos equilibrada para ambos lados, si tienes un Ejecutivo y un Congreso con alta desaprobación entre los ciudadanos y los dos han decidido continuar en sus cargos ¿Cómo dirigente empresarial cuál es su comentario sobre ese tema?
El actual Gobierno no es de lo mejor, ha recibido muchos problemas y no ha tenido las respuestas más adecuadas. Pero reitero que no se puede caer en la anarquía. Los empresarios también vemos el descontento, entonces la solución es que el Ejecutivo comience a trabajar de cerca con las organizaciones sociales, los alcaldes y gobernadores de cada región para atender obras prioritarias y así bajará la tensión, pues es comprensible que la falta de infraestructura origine descontento entre los ciudadanos.
¿Percibo que hay una comodidad en gremios empresariales con la actual conducción política del país o me equivoco?
Si volvemos al punto de las nuevas elecciones con las reglas de juego que tenemos, obtendremos un nuevo Congreso que después de un tiempo será rechazado y el descontento retornará a las calles. Mi opinión es que la crisis es profunda porque ya no tenemos partidos políticos, como proyectos en búsqueda del desarrollo. Hoy cada facción, sea una agrupación política o un frente regional tiene una visión muy limitada, se enfocan en ciertos intereses o en medidas populistas que provocan el endeudamiento del Estado. Eso es peligroso porque se infiltran grupos ilegales o informales que no pagan sus impuestos y que para ellos es muy conveniente que el Estado sea débil, para así evadir controles y fiscalización. A esto se añade la corrupción que está en todos los niveles.
¿El panorama no pinta de lo mejor?
Mientras los actores involucrados no dialoguen, la crisis continuará. Aunque no se crea, los gremios empresariales hemos presentado agendas al Gobierno, pero por lo general no hemos sido escuchados. Ojalá se entienda que es mejor trabajar por objetivos a largo plazo y en búsqueda del crecimiento.