Considerado un político de estilo duro, el legislador y almirante en retiro, Jorge Montoya (Honor y Democracia), relata por qué resolvió encarar a los dirigentes de la huelga de transportistas que entraron al Congreso a “dialogar” pero terminaron lanzando sapos y culebras contra el Parlamento y los congresistas.
Le vimos en cámaras es un altercado con dirigentes del paro, ¿que pasó?
Ese día el presidente del Congreso comunicó a los voceros de las bancadas para acompañarlo en una reunión con los dirigentes de la huelga. Tenía que ser una reunión privada pero ahí estaba la prensa. El presidente les dio la palabra uno por uno a los dirigentes. Y en esa perorata de cada dirigente había una serie de insultos y ofensas contra el Congreso y los congresistas. Incluso uno de ellos gritó “carajo”. Le pedí al presidente que lo separara y le llamara la atención pero no lo hizo. Lo dejó hablar. Cuando terminó la reunión me acerqué para aclararlos y decirles que era incorrecto lo que habían hecho. Los encaré para señalarle el mal comportamiento que habían tenido, la agresividad grosera que habían empleado con nosotros.
A su juicio, ¿hay infiltrados políticos radicales en este reclamo?
Por lo menos habían infiltrados radicales de izquierda entre los dirigentes. Tenían como asesor a un abogado que afirmó cosas que no son ciertas respecto de la Ley de Crimen Organizado. Estaba distorsionando las cosas. Han sido manipulados para hacer la huelga. Hay intereses que son de extrema izquierda, posiblemente del Movadef y otros grupos que apoyan a Pedro Castillo.
¿Extrema izquierda?
Por lo que han hecho en la huelga. Han generado violencia para impedir que los transportistas que querían trabajar, lo hagan. Han roto las llantas y han incendiado vehículos. Han hecho actos de vandalismo. Eso no hacen los transportistas. Estos actúan de otra forma.
¿Qué impresión tiene de los desconocidos dirigentes de la huelga?
Para empezar, los dirigentes que se han presentado en el Congreso son representantes de grupos informales de transportistas, como los de taxis-colectivos y otros. No son los propietarios de empresas de transporte formales.
Estos dirigentes identificados como Julio Campos, Miguel Palomino Pedraza, Wálter Carrera, Richard Barnechea, ¿qué se sabe de ellos?
No los conozco por nombre. No le podría decir nada de ellos. No sabemos si los gremios que dicen representar o los cargos que dicen tener están en los Registros Públicos. No se les ha pedido que presenten el registro. Es un error del Congreso, que debería pedir la acreditación a cada uno de los dirigentes para ver quién es el que se presenta. Yo conozco a los dirigentes transportistas del país. Y no son ellos.
¿Por qué el pleno no logró el consenso sobre la ley de crimen organizado?
Puede doler a algunos lo que voy a decir pero el pleno del viernes no debió abordar esa ley porque no estaba preparada para hacerlo. Lo han hecho con un afán de llevarse bien con la población y dar la impresión de estar trabajando. Craso error. Para debatir algo en serio se debe hacer sobre la base de un dictamen hecho por la comisión técnica, previamente articulado de manera racional, jurídicamente correcta y con las técnicas legislativas correspondientes. El viernes se ha puesto a debate la idea de un congresista plasmado en un proyecto de ley sin ninguna visación técnica ni control de nadie. Entonces ¿cómo se va a debatir así un tema de esa naturaleza? No se puede.
¿La ley de crimen organizado debe ser perfeccionada?
No es cierto que la ley beneficia o blinda a los delincuentes. Falso. Todos estamos de acuerdo en perfeccionar esa norma. pero perfeccionarla en uno o dos aspectos, sin exagerar. Ahora no tenemos que hacerlo mañana o en tres días por que si nos demoramos no combatimos el crimen. Eso es una mentira más grande que el edificio del Congreso.