Marco Arana: La revolución inmediata será derrotar la corrupción y recuperar los derechos fundamentales

El Perú no puede seguir haciendo más de lo mismo. Hay que salir del modelo extractivista primario exportador, con poco valor agregado, de altos impactos ecológicos, alta conflictividad social y con corrupción extendida.

Necesitamos otro tipo de crecimiento económico que sirva para combatir la injusta desigualdad social, sin destruir nuestros ecosistemas ni violar los derechos de nuestras comunidades. 2/3 de peruanos no tienen acceso a una pensión, y más de medio millón de adultos mayores viven en abandono y pobreza extrema. ¡Este sistema injusto tiene que cambiar!

En regiones de grandes riquezas naturales campea la desnutrición, la anemia, la corrupción, la ineficiencia del gasto público; a lo cual se añade la contaminación proveniente de viejas o nuevas actividades mineras (legales o ilegales), así como por la falta de gestión municipal de los residuos, lo que lleva a que tengamos miles de peruanos con su salud amenazada o dañada. ¡Eso tiene que cambiar!

Vivimos en uno de los países con mayor biodiversidad del mundo. Nuestra gente y nuestra biodiversidad son nuestras mayores riquezas. Por ello, necesitamos un cambio de ruta en nuestra economía, una que sea diversificada y planificada; que invierta más en educación pública de calidad; que apoye el trabajo de nuestros científicos y tecnólogos, que otorgue más oportunidades a nuestros empresarios nacionales; respete el derecho de consulta previa a nuestras comunidades y también respete los derechos de nuestras futuras generaciones. Para el Frente Amplio es fundamental un país con justicia ecológica y social, libre de corrupción. Afirmar esto, no es ser “enemigos de las inversiones”.

Afirmamos la necesidad de convocar a referéndum para abrir paso a la elaboración de una Nueva Constitución que sea elaborada por una Asamblea Constituyente con amplia participación ciudadana. Queremos un país de gente que nos tratemos como ciudadanos y ciudadanas con igualdad de derechos. Queremos un país con más y mejor democracia, la sociedad del Buen Vivir, donde se garanticen los derechos al agua como bien público común (no privatizable) y se recuperen los derechos a la salud, la educación, la vivienda, la alimentación y los derechos laborales. Se constitucionalizará también los derechos de la naturaleza, el reconocimiento del Estado Unitario Plurinacional y Pluricultural y el derecho a la interconectividad digital.

En esta pandemia no solo está matando el virus del COVID, también nos está matando el virus de la corrupción. Se necesita reformar la policía, el sistema político y el sistema de justicia. Aunque tome tiempo, son reformas indispensables. En lo inmediato, aprobaremos leyes para la imprescriptibilidad de los delitos de corrupción; para empoderar la participación ciudadana en la fiscalización del gasto público; eliminaremos el secreto bancario de los altos funcionarios y se les prohibirá la tenencia de cuentas off shore que son utilizadas para la evasión y la elusión tributaria, el lavado de activos o coimas. Hay que terminar con el sistema de puertas giratorias que someten al Estado a intereses particulares. Legislaremos para tener renovación por mitades de los congresistas y sancionar con escaño vacío a los partidos que lleven delincuentes al Congreso.

Hay que terminar con los monopolios y combatir con firmeza el acaparamiento y la especulación de medicinas, del oxígeno y de bienes esenciales. También hay que terminar con los abusos de posición en el mercado.

Sin embargo, no solo nos afecta la corrupción, sino también las ineficiencias del Estado que ha sido convertido en botín de prácticas clientelares, de burocracias centralistas, que no solo se concentran en la capital, sino que se replican en las capitales regionales.

Proponemos construir una verdadera carrera pública: delimitar la contratación de personal de confianza e implementar la transformación digital del Estado. Los funcionarios públicos serán permanentemente capacitados, se garantizará el acceso por concursos transparentes y, para quienes quieran acogerse, se promoverá un programa de jubilación anticipada garantizando derechos plenos.

El Banco de la Nación se pondrá al servicio de la inclusión financiera y contribuirá a desaparecer los abusos del actual sistema concentrado de bancos. Apoyaremos el fortalecimiento financiero de las cajas municipales y las cooperativas de ahorro y crédito para contribuir al proceso de formalización de nuestra economía.

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