Escrito por Karina Valencia y Erik Rivera
Se encamina. Un grupo de bancadas, entre ellas las de Renovación Popular, Avanza País, Alianza para el Progreso, Acción Popular y Fuerza Popular, apoyan la moción de censura que se elaboró ayer contra el ministro de Trabajo, Iber Maraví, por sus vínculos con Sendero Luminoso.
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El número de bancadas que respaldan la moción hace prever que la suerte de Maraví está echada. Los votos sobrarían.
En uno de los argumentos del documento se señala que el titular de Trabajo no logró desmentir las múltiples pruebas que lo vinculan con Sendero Luminoso y su fachada política, el Movadef.
Anoche, Jorge Montoya, vocero de Renovación, señaló que todas las bancadas, menos las del gobierno (Perú Libre y Juntos por el Perú) suscribirán la moción.
La decisión iba en el mismo sentido de lo que horas antes había señalado la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, en el inicio del proceso de interpelación contra Maraví. Alva tomó la palabra y se refirió a lo discutido en la víspera con el mandatario, en una reunión con los voceros de las bancadas y que se prolongó hasta la madrugada del jueves.
“Pedro Castillo nos dijo que no está en la agenda del Gobierno plantear una cuestión de confianza y le tomaremos la palabra. El gobierno no presentará cuestión de confianza y, de hacerlo, la palabra del presidente Castillo no tendría ninguna validez y el Congreso tendría que asumir su responsabilidad”, indicó.
Alva añadió que en el Parlamento “no aceptaremos amenazas contra la democracia peruana vengan de donde vengan. Eso no es negociable”. “El Congreso de la República no está en pie de guerra, sino de reconstrucción nacional”, recalcó.
Ahora, solo quedaría esperar si la confrontación alcanzará ribetes mayores, es decir, si el Gobierno hará uso de la cuestión de confianza.
Para despejar estas dudas, el tuit enviado por el mandatario puede ayudar. “Coincidimos que la cuestión de confianza y la censura forman parte del equilibrio de poderes y son herramientas políticas para mantener la estabilidad democrática”, señaló.
Castillo Terrones emitió este escueto mensaje al término de la presentación de Maraví en el Congreso con lo cual dejó abierta la posibilidad de usar esa herramienta constitucional.
No le creen. Más temprano, Iber Maraví respondió ante el pleno un pliego interpelatorio de siete preguntas. Evidentemente, no convenció.
Durante su intervención, el ministro de Trabajo manifestó no haber sido fundador ni integrante de la junta directiva del Comité Nacional de Reorientación y Reconstitución (Conare) Sutep.
Asimismo, rechazó sus vínculos con el Movadef y manifestó que los atestados policiales que lo involucran con actos delictivos y terroristas fueron desmentidos en la etapa judicial, por lo que, a la fecha, no cuenta con antecedentes policiales, penales ni judiciales.
“El Poder Judicial cumplió con las investigación, para mí incluso se excedieron más allá de lo que debieron hacer, porque ni siquiera instructiva se me debió aperturar (sic) Soy inocente de todo cuanto se referencia en los mencionados atestados”, indicó.
“Sacar conclusiones en base a un atestado policial es contar alevosamente solo una parte de la historia para confundir a la población y generar una falsa imagen de culpabilidad”, expresó.
Asimismo, negó haber tenido vínculos con los cabecillas terroristas Arturo Morote, Hildebrando Pérez Huarancca y Edith Lagos.
Maraví cerró su participación presentándose como “un hombre de honor y reputación limpia”, además de docente sindicalista a favor del derecho de los trabajadores.
PIDEN SU SALIDA. Durante el debate, legisladores de las bancadas de Alianza para el Progreso (APP), Acción Popular (AP), Renovación Popular (RP), Fuerza Popular (FP), Avanza País y Somos Perú -Partido Morado exigieron que el ministro dé un paso al costado al señalar su falta de idoneidad para el cargo.
Los parlamentarios también cuestionaron que Maraví no hiciera una clara condena contra Sendero Luminoso y el Movadef.
La mayoría de la bancada de Podemos Perú (PP) también solicitó la renuncia de Maraví. Solo desde Perú Libre (PL) y Juntos por el Perú (JP) respaldaron la permanencia del ministro.
“No me parece justo invitar a alguien para que responda temas que ya se respondieron en el Poder Judicial. El señor ministro no tiene antecedente policiales ni judiciales”, señaló Waldemar Cerrón (PL).
En tanto, desde FP, Alejandro Aguinaga pidió a Maraví que “no fuerce situaciones que van a llegar a conflicto”, sino que “obedezca a su jefe de Gabinete, que le pidió su renuncia hace 30 días”.
“Se lo pido encarecidamente, no le hagamos más daño al país, no sigamos cuestionando su investidura y dé un paso al costado”, expresó Carlos Zevallos (AP)
Eduardo Salhuana (APP) precisó que su bancada otorgó la confianza al Gabinete por la gobernabilidad, pero el Ejecutivo no está correspondiendo: “Le he pedido al ministro Maraví que renuncie para garantizar la gobernabilidad y estabilidad de su propio gobierno”.
“Conare Sutep guarda relación con Sendero Luminoso y, de alguna forma, en varios momentos ha estado cerca de él. Todos estos son indicios razonables que le crean problema a un político por la idoneidad del caso”, señaló José Williams (Avanza País).
“No ha satisfecho en lo mínimo los cuestionamientos en su contra, muy por el contrario, los ha ratificado indirectamente”, recalcó Jorge Montoya (RP) a su turno.
A su vez, Wilmar Elera (SM-PM) dijo que Maraví ha “contaminado (el Gabinete) con este tipo de actos y no hace más que generar una inestabilidad política del Perú. Creemos que debe dar un paso al costado”.
Enrique Wong (PP) solicitó al ministro dar un paso “por el bien de la patria y que el presidente Castillo pueda trabajar”. Ello, al señalar que, si bien se le cuestiona por hechos de hace 40 años, “muchas veces el sacrificio enaltece”.
Maraví llegó a las nueve de la mañana para interpelación y saludó a la Mesa Directiva.
Solo una de Perú Libre criticó a Iber Maraví
Durante el debate, la congresista Margot Palacios (Perú Libre) criticó ayer al ministro de Trabajo, Iber Maraví, al decirle que -internamente- su despacho no cambió en lo absoluto desde que asumió funciones.
Refirió, además, que el polémico prestigio de Maraví le sirve de fachada para la misma “mala democracia” que “sigue empoderada tras suyo”.