Las protestas en el Perú se enfrían

Las violentas protestas a nivel nacional que exigen la renuncia de la presidenta de la República, Dina Boluarte, así como el adelanto de elecciones generales, parecen haber llegado a un punto frío y de control.

Esto se evidencia en la reducción considerable del número de bloqueo de carreteras, así como la disminución de enfrentamientos con la Policía Nacional del Perú, pero sobre todo, porque no se han registrado actos vandálicos como la quema de comisarías, toma de aeropuertos o más en la última semana.

CIFRAS

De acuerdo con información revisada por Correo, hay un notorio decrecimiento en el número de puntos con tránsito interrumpido en lo que va del mes de febrero a nivel nacional (ver infografía).

Para muestra un botón. Según los datos oficiales de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutrán), hasta ayer al medio día eran 35 los puntos bloqueados a nivel nacional producto de las protestas, todos ubicados en la región Puno.

Si retrocedemos 10 días, la Sutrán reportó 62 puntos bloqueados en seis regiones.

Otra cifra que no puede pasar desapercibida son los enfrentamientos con las fuerzas del orden a nivel nacional.

Desde que iniciaron las manifestaciones en el Perú en diciembre de 2022 hasta enero de este año, se reportaron 38 enfrentamientos de acuerdo con información obtenida por la Defensoría del Pueblo.

En tanto, en los 19 días del presente mes solo se reportaron dos enfrentamientos con los agentes de la Policía.

En consecuencia, también se ha reducido el número de fallecidos.

Desde diciembre a enero, 58 ciudadanos -incluido un policía- perdieron la vida, mientras que en febrero se reportaron dos decesos.

Además, el número de heridos que incluye también a efectivos policiales, ha disminuido.

Desde que iniciaron las protestas hasta finales de enero se registraron 1792 personas heridas, mientras que en lo que va de este mes son 86 los afectados.

Por otro lado, una buena noticia es que desde el 9 de febrero no se han registrado situaciones de violencia.

En aquella oportunidad se registró un ataque de manifestantes a un vehículo de carga pesada en Puquio, Lucanas, Ayacucho.

Mientras que otra situación de violencia se dio una semana antes, el 2 de febrero, cuando un grupo de manifestantes impidió el pase de una ambulancia en Melgar, Puno.

PERSISTEN

Si bien los actos de violencia y las manifestantes que impiden el normal desarrollo de las actividades en el Perú se reducen, todavía existe un grupo que persiste en remover a las autoridades vigentes y provocar caos.

La región de Puno podría considerarse el punto más caliente del Perú por sus constantes manifestaciones y paralización de actividades.

Como se ha mencionado, ayer se bloquearon 35 puntos, todos de la mencionada región.

Incluso, el 15 de febrero, los manifestantes no solo bloquearon avenidas claves en Puno para pedir el tránsito habitual de vehículos, sino que también insistían en un paro “seco” en el que los mercados, centros comerciales y bancos cerraron.

Precisamente, esos bloqueos provocaron un desabastecimiento de dinero en los cajeros del Banco de la Nación, lo que impedía el pago de los beneficiaron del programa Juntos, Contigo y Pensión 65.

Por ello, la institución se apoyó en las Fuerzas Armadas para establecer un puente aéreo a fin de trasladar el dinero suficiente para abastecer a la población.

En tanto, en Lima, también hay grupos que se mantienen firmen en exigir la salida de Boluarte y los congresistas.

Sin embargo, el número de manifestantes se ha reducido considerablemente.

La última marcha programada en la capital del Perú se realizó el sábado desde los exteriores de la Plaza Dos de Mayo y el Parque Kennedy en Miraflores, pero no ha tenido el nivel de convocatoria de los grupos que se desplazaron en enero.

La situación logró ser controlada por la Policía sin mayores inconvenientes.

Además, parece no haber señales de los miembros de las delegaciones que viajaron desde regiones a la capital para “La toma de Lima”.

Ellos marcharon en enero junto a estudiantes, organizaciones civiles, miembros de partidos políticos y la ciudadanía en general.

Aunque no se les ha visto en estas marchas, tampoco existen señales de que hayan retornado a sus regiones.

LECTURA

En diálogo con Correo, el analista político Luis Benavente afirma que se evidencia una disminución de las protestas y movilizaciones a diferencia del panorama nacional registrado durante los meses de diciembre del 2022 y enero pasado.

Explicó que esta hecho se debería a que actualmente los actores relacionados al conflicto social, como el Congreso de la República y la presidenta Dina Boluarte, no han variado sus posiciones sobre un eventual adelanto de elecciones o renuncia del cargo, respectivamente.

“Pensaba en un inicio que esto entró en un proceso de desgaste. Lo que pasa es que el tema está en un punto muerto, la narrativa igual, la presidenta está en la misma posición, el Congreso que no quiere hacer elecciones, en fin. Todos los actores que intervienen en este asunto han continuado en la misma situación”, indicó.

Benavente también consideró que otro factor vinculado a la caída en el número de enfrentamientos violentos entre grupos civiles y las fuerzas del orden estaría relacionado las acciones que realiza el Ministerio Público respecto a detenidos en el marco de las protestas, coomo ocurrió con Rocío Leandro Melgar, sindicada por la Policía como la ‘Camarada Cusi’.

No obstante, precisó que la aparente calma podría también responder a un “silencio estratégico” de cara a nuevas movilizaciones.

“Aparentemente las cosas se han detenido un poco. No sabemos si esto será una calma chicha, un silencio estratégico y que van a volver a la carga. De todas maneras, hay aspectos que han cambiado como la prisión preventiva para la camarada Cusi, que es bastante importante en algunas facciones y que habría estado haciendo pagos a los manifestantes”, dijo.

Benavente también sostuvo que actualmente en enfrentamiento viene desde el exterior con la injerencia en asuntos peruanos de presidentes como Manuel López Obrador (México) y Gustavo Petro (Colombia).