Las protestas que empezaron el pasado 7 de diciembre, desencadenadas por el frustrado golpe de Estado de Pedro Castillo, aún tiñen de rojo al país. Ayer se elevó a 52 el número de fallecidos que deja la tenaz convulsión social.

Una mujer de 51 años y un feto de seis meses de gestación fueron las nuevas víctimas fatales. Tanto la adulta como la madre del no nacido, una adolescente de 16 años, requerían atención médica.

La primera, Julia Carhuapoma, estuvo varada durante horas en un bus interprovincial, detenido por el cierre de vías en La Libertad.

Se conoció que en un principio ella sufrió una descompensación. Cuando intentaban evacuarla padeció un paro cardiorespiratorio. No lo soportó y pereció.

El caso de la menor de edad fue similar. Ella requería una urgente atención médica y, por ese motivo, se dirigió a una posta de Virú. En en camino, los protestantes situados en la carretera no le cedieron el paso.

Estos quisieron verificar que necesitaba atención médica, pero en el proceso su feto no resistió y perdió la vida.

La Defensoría de La Libertad ha comunicado que hasta el momento hay 700 manifestantes en varios tramos de la carretera Panamericana, y solo 130 agentes policiales para mantener el orden.

Se ha contabilizado que a la fecha hay cerca de 722 civiles heridos producto de las violentas protestas al interior de nuestro país.