El abogado Marco Tulio Gutiérrez Martínez propició, en 2013, una memorable campaña de revocatoria contra la entonces alcaldesa Susana Villarán. Su principal argumento fue “incompetencia en la gestión”. La burgomaestre de izquierda pactó entonces con las corruptas Odebrecht y OAS. Gutiérrez lamenta en este diálogo un presunto “trato preferencial” de la Fiscalía y el misterioso paradero de US$10 millones.
El caso Villarán tiene una demora de cinco años y no se avizora el juicio oral, ¿podría exisistir un eventual trato especial del sistema de justicia?
Evidentemente, la señora Villarán ha tenido y sigue teniendo un trato preferencial por parte del Ministerio Público. Tengamos en cuenta que la investigación está concluida, y ha permitido contar con los testimonios de 200 personas, y colaboradores eficaces, que han dado pie a la acusación fiscal ante el Poder Judicial. Mas aún, cuando tiene -como elemento muy importante- el propio reconocimiento público de la señora Villarán de haber recibido una coima siendo una funcionaria pública.
Usted afirma que un estimado de diez millones de dólares de los sobornos de Odebrecht y OAS quedaron en manos de Villarán después de los gastos de campaña, ¿podría sustentar?
La señora Villarán admitió haber recibido más de doce millones de dólares en coimas. Ella señala que gastó todo ese dinero para financiar la campaña del No a la revocatoria en año 2013 y su intento de reelección de 2014. Sin embargo, nadie en su sano juicio puede creer que haya gastado los casi 13 millones de dólares en ambas campañas.
Allí hay dinero que, definitivamente, ha quedado en caja o en alguna cuenta bancaria en Madrid, Nueva York, en algún lugar del mundo o debajo de su cama, pero ciertamente hay mucho dinero de Odebrecht y OAS que está en manos de Villarán o sus allegados.
Estoy convencido de que la señora Villarán decidió autoinculparse en un programa de TV con el objetivo de cerrar el caso sin identificar la ruta del dinero y no decir dónde estaba el dinero restante.
¿A cuánto ascendería ese fondo ilícito restante?
A lo más, deben haberse gastado en las campañas de 2 a 3 millones de dólares. Esto quiere decir que unos diez millones de dólares quedaron en los bolsillos de la alcaldesa y su partido Fuerza Social. Ahora, ¿dónde está ese dinero? Ese dinero tiene que regresar al Perú. Ella está involucrada en un caso corrupción de funcionarios.
¿La Fiscalía tiene una línea de investigación de ese supuesto fondo?
Sospechosamente, nada se ha filtrado de la carpeta fiscal sobre esto. A diferencia de todos los demás casos que hemos visto, y sobre los cuales el Instituto de Defensa Legal y Gustavo Gorriti difundieron profusamente los documentos, en el caso de Susana Villarán no hay un solo documento de la carpeta fiscal. Lo único que hay son los trascendidos de que habrían 200 involucrados en calidad de testigos y colaboradores eficaces que acusan a Susana Villarán.
¿Cuándo surge la primera sospecha de tratos prebendarios con Odebrecht y OAS?
A mi juicio en setiembre de 2012 cuando se publican las bases del concurso y no se presenta ninguna empresa al concurso porqué que se dan cuanta que ahí había un amarre. Nadie postula porque se hace evidente que se estaba negociando el borrador de las bases. Ya las bases estaban arregladas. La única empresa que se presenta fue Odebrecht. Y en setiembre de 2017 el entonces presidente de OAS, Leo Pinheiro, revela que había entregado coimas a Villarán. Después se conoce que Villarán había recibido dinero ilícito de Odebrecht.
¿IDL no se ha interesado mucho en propalar este caso, verdad?
No, pues. No se ha preocupado. Ahora hay familia de Susana Villarán en el extranjero. Su esposo, el ex diputado de izquierda Unida, Manuel Piqueras, que está en España. El hijo, que inauguró hace algunos años, después de la revocatoria, un lujoso restaurante en la ciudad de Nueva York. Es decir, alguien tiene que tener información de dónde está el dinero. Y, lógicamente, los primeros en ser investigados tienen que ser sus familiares. Eso se ha hecho con todos los demás.
Su conclusión en este caso.
En el Perú, los que se declaran inocentes están presos; y los que se reconocen culpables, como Susana Villarán, están libres