El exsecretario personal de Alan García, Ricardo Pinedo, dialogó con Correo tras la detención del fiscal Henry Amenábar.
El funcionario, quien fue sorprendido en flagrancia con dinero de una “coima”, condujo el operativo a la vivienda del expresidente en 2019 que terminó con su suicidio.
Antes del operativo contra Alan García, ¿tenían algún antecedente del fiscal Amenábar en el caso?
No. Para empezar, el fiscal Amenábar nunca le hizo un interrogatorio al presidente. Él era parte del Equipo Especial Lava Jato, pero era la primera vez que lo veíamos y escuchábamos su nombre. El fiscal del caso era José Domingo Pérez, quien no asistió a esa diligencia y envió a su reemplazo.
¿Por qué cree que no acudió el fiscal Pérez?
Él ha dado dos versiones de por qué no acudió: que debía ir a Brasil para un interrogatorio a (Jorge) Barata, aunque eso era dentro de cinco días después del allanamiento, y Sao Paulo está a poco más de cinco horas ; y que tenía una audiencia sobre Pedro Pablo Kuczynski.
Yo creo que fue solamente cobardía. Si iban a detener a un expresidente, no había nada más importante que eso en aquel momento.
¿Cuál fue el rol del fiscal Henry Amenábar en el operativo?
El fiscal, y se puede ver en los videos de la época, tuvo una pésima actuación. Si observan otros allanamientos, el fiscal toca el timbre, se presenta, señala que tiene una orden de detención e indica el nombre del juez. Se exhorta: ‘abra la puerta, le doy un minuto o la derribamos’.
Ese es el procedimiento. Aquí no pasó eso. ¿Qué ocurrió? Una señora que trabajaba en la casa, como personal de servicio, salía a comprar pan. Abre la puerta y (los policías y el fiscal) fueron ingresando. Nadie autorizó el ingreso a la vivienda.
¿El fiscal no se presentó antes de ingresar? ¿No notificó que tenía una orden de allanamiento y detención?
No, el fiscal no se presentó como tal. No hubo presentación de su parte. Él toca el intercomunicador y dice ‘abran, tengo que presentar una documentación judicial’ (…)
Entonces, la señora del servicio, que iba saliendo a comprar el pan, se encuentra con él y los policías. Ella los ve y los deja ingresar. (Las autoridades) se dirigen a la cochera, se dan cuenta que no es el camino y regresan.
Luego sale otra persona del servicio (ya del interior del inmueble, habían un segundo ingreso) y se dirigen a la sala. Entonces, ya se presenta el fiscal.
Siempre dijo ‘tenemos que hacer un trámite judicial’, pero no precisaba qué. El presidente bajó cinco o seis peldaños. Se detiene en el descanso de la escalera y se lo pregunta. (Amenábar) le dice ‘por favor, baje que tiene que firmar unos papeles’.
Luego él sube para llamar a su abogado y lo que ya conocemos (…). Hubo un problema del fiscal. En todos los allanamientos se le informa a la persona que está procediendo a ser detenida y se le rodea. Es a la par. La prioridad es que no se autolesione. Aquí se quedaron parados.
¿Fue un operativo improvisado?
En un operativo no esperan a estar en la sala para dividirse los roles de trabajo. Lo planifican con la presencia del fiscal, se está preparado para el minuto a minuto.
Además, el video del allanamiento no tenía audio. En su momento se lo pregunté al ministro Carlos Morán. Un policía de la Diviac, burlándose (…) dijo ‘queríamos ahorrar batería’ (…). Al inicio del video también se escucha que un policía advierte a otro diciéndole ‘el audio’. Luego no se escucha nada más.
¿Qué ocurrió tras el deceso del expresidente?
Regresé a la casa (por segunda vez). Me llamaron para decirme ‘han llegado más policías, están todos en el comedor, han pedido delivery’. Entré y estaban comiendo pizza en el comedor del presidente Alan García.
Le dije ‘fiscal ¿y toda esta gente? ¿puede ayudarme a que se puedan retirar?’. Yo le preguntaba si ya había terminado la diligencia. Era una fuente de soda. Había risotadas, conversaban, para ellos no había pasado nada. Fue una falta de respeto por el dolor que sentíamos.
El fiscal no tenía ningún manejo (del operativo). No creía que hubiese muerto el presidente. Él llamaba por teléfono y nadie le contestaba (…).
Me pidió traer una constancia (de defunción). Se solicitó al Hospital Casimiro Ulloa. Lo que había ocurrido en el segundo piso, en la habitación, era otro tema, vino otro fiscal a investigar y también efectivos.
En su momento, la ANC del MP abrió una investigación preliminar a los fiscales Amenábar y Pérez…
Sí, pero se archivó. En ese tiempo eran los todopoderosos (…). Creo que el arma fundamental para poder defendernos ha sido el tiempo. Han tenido que pasar seis años para saber quién es quién.





