Los días nublados, la lluvia y las bajas temperaturas nos impulsan a cerrar las ventanas, puertas y todas las entradas de aire para protegernos del frío. Sin embargo, la falta de ventilación y la alta humedad crean un ambiente propicio para el crecimiento de moho y ácaros del polvo, desencadenando reacciones alérgicas que afectan la calidad de vida de miles de personas.

Según la Organización Mundial de Alergia (WAO, por sus siglas en inglés), entre el 30% y el 40% de la población mundial sufre algún tipo de alergia. Asimismo, a mediados de 2021, la Organización Mundial de la Salud anunció que, para el 2050,  el 50% de la población podría tener una enfermedad alérgica debido al impacto del cambio climático, la mala alimentación y el uso inadecuado de medicamentos, entre otros factores.

“Hay que recordar que las alergias son una respuesta inmunitaria exagerada a sustancias que normalmente son inofensivas, como ciertos alimentos, polen, ácaros del polvo, entre otros. Muchas personas no comprenden completamente lo que son las alergias, cómo se manifiestan y cómo pueden ser tratadas, por lo que es importante educar al público sobre los diferentes tipos de alergias y sus síntomas, lo que puede llevar a un diagnóstico y tratamiento más oportunos”, afirma la Lic. Pamela Vásquez, docente de la carrera de enfermería del Instituto Carrión.

Teniendo en cuenta ello, la especialista da a conocer algunos consejos para disminuir los alérgenos en el hogar:

  1. Mantén una buena higiene en la ropa de cama y muebles: Lava las sábanas, fundas de almohadas y mantas semanalmente en agua caliente (al menos a 60°C), para eliminar ácaros del polvo. Utiliza fundas antiácaros para colchones y almohadas. Aspira regularmente los colchones y los muebles tapizados.
  2. Controla la humedad: Usa deshumidificadores para mantener los niveles de humedad equilibrados, esto ayuda a prevenir el crecimiento de moho y ácaros del polvo. Ventila bien las áreas húmedas, como baños y cocinas, utilizando extractores de aire o ventiladores.
  3. Limpia continuamente con equipos adecuados: Aspira el suelo y las alfombras al menos una vez por semana. Limpia el polvo de las superficies con paños húmedos o productos de limpieza que atrapen el polvo en lugar de dispersarlo. Evita el uso de alfombras y opta por pisos de superficie dura, que son más fáciles de limpiar.
  4. Lleva un control de higiene en tus mascotas: Baña y cepilla a tus mascotas regularmente para reducir la caspa. Mantén a las mascotas fuera de los dormitorios y de los muebles tapizados. Lava sus camas y mantas frecuentemente.
  5. Uso de purificadores de aire: Instala purificadores de aire en las habitaciones donde pasas más tiempo, como el dormitorio y la sala de estar. Cambia y limpia regularmente los filtros de los sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, para mantener el aire interior limpio.

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