El entorno festivo de diciembre suele estar marcado por reuniones, luces intensas, música y visitas constantes. Aunque estas celebraciones forman parte de la tradición familiar, pueden generar sobrecarga emocional y sensorial en niños pequeños, especialmente en menores de 5 años.
De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, los cambios bruscos en la rutina y la exposición a múltiples estímulos en poco tiempo pueden aumentar la sensibilidad infantil. En estas fechas, es frecuente observar llanto repentino, irritabilidad, cansancio excesivo o la necesidad constante de buscar consuelo en sus cuidadores.
Mayor impacto en niños con sensibilidad sensorial
El impacto puede ser aún más notorio en niños con condiciones del neurodesarrollo, como el trastorno del espectro autista. En el Perú, muchos niños presentan incomodidad ante ruidos fuertes, luces intensas o alteraciones en sus horarios habituales durante las fiestas.
Ante este escenario, los especialistas recomiendan anticipar los cambios y ofrecer espacios de calma que permitan a los niños autorregularse y sentirse seguros.
“No se trata de evitar las celebraciones, sino de acompañarlos con paciencia, respetar sus ritmos y ofrecer pausas que les permitan continuar disfrutando sin sentirse sobrecargados”, explica Rosa Gonzáles, especialista en estimulación temprana.
Señales tempranas de sobrecarga sensorial
Gonzáles advierte que es clave identificar a tiempo las señales de sobreestimulación, como frotarse los ojos u oídos, evitar el contacto visual, esconderse detrás de un adulto o mostrarse inusualmente callados. Reconocer estos signos permite hacer ajustes antes de que el niño se sienta abrumado.
Cinco pautas para manejar la sobreestimulación en fin de año
En esa línea, Babysec junto a Miss Rosita comparten cinco recomendaciones prácticas para ayudar a las familias durante las celebraciones:
- Ofrecer un espacio de calma: Preparar un rincón tranquilo con luz tenue y un objeto familiar como una manta, pañal o peluche ayuda al niño a autorregularse y sentirse protegido.
- Respetar la rutina de descanso: Mantener, en lo posible, los horarios habituales de sueño y siestas, incluso si la celebración se realiza fuera de casa.
- Evitar el exceso de regalos: Recibir muchos juguetes nuevos a la vez puede saturarlos. Es mejor entregar uno o dos y reservar el resto para los días siguientes.
- Introducir estímulos de forma gradual: Presentar música, luces o visitas de manera progresiva facilita que el niño se adapte con mayor comodidad.
- Involucrarlos en pequeñas tareas: Invitarlos a colocar una decoración sencilla o elegir un villancico les brinda sensación de control y reduce la ansiedad.
Celebrar cuidando el bienestar infantil
Adoptar estas pautas permite que las familias disfruten de las celebraciones sin descuidar la salud emocional de los niños. Respetar sus ritmos y necesidades contribuye a cerrar el año con bienestar y a fortalecer vínculos en un entorno más seguro y comprensivo.





