Los casos por la COVID-19 iban en descenso a nivel mundial, asomando una luz de esperanza y tranquilidad, Según cifras presentadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, esta calma se ha visto alterada luego de la aparición de una nueva variante: La B.1.1.529 de la COVID-19.
Para el médico epidemiólogo y docente de la Universidad César Vallejo, Dr. Miguel Ángel Tresierra Ayala, la nueva variante que recibe el nombre de ómicron, La B.1.1.529, también ha sido identificada en Botswana, Bélgica, Hong Kong e Israel.
Variante de preocupación
La máxima autoridad de la OMS declaró, este viernes que, la nueva mutación del coronavirus es una “variante de preocupación”.
“Esta nueva variante está causando preocupación entre la comunidad científica ya que tiene 32 mutaciones en la proteína de pico, la parte del virus que utilizan la mayoría de las vacunas para preparar el sistema inmunológico, y así combatir la enfermedad. Estas mutaciones pueden potencialmente afectar la capacidad del virus para infectar células y propagarse, pero también pueden provocar que las células de defensa del cuerpo tengan problemas para atacarlo”, indicó el médico epidemiólogo Dr. Miguel Ángel Tresierra Ayala.
Mutación en monitoreo
El especialista añadió que, la nueva variante contiene mutaciones similares a las de la variante Beta que la hicieron más resistente a las vacunas, así como la que se encuentra en la Delta -rara vez se ven juntas- en una parte específica de la proteína de pico.
“De ahí que, es necesario monitorear cuidadosamente para evaluar su capacidad de infección antes de calificarla como “terrible” por su combinación de mutaciones. Por el momento, debe ser monitoreada y analizada de cerca, pero no hay razón para preocuparse demasiado a menos que comience a aumentar su incidencia en un futuro cercano”, resaltó el docente de la UCV, Tresierra Ayala.
La OMS ha comunicado que la evidencia preliminar sugiere un mayor riesgo de reinfección con esta variante. La organización dijo que el número de casos de esta variante parece estar aumentando en casi todas las provincias sudafricanas.
Casos con la variante B.1.1.529
Los primeros casos de personas infectadas con la nueva variante de la COVID-19 se registraron en Botswana el pasado 11 de noviembre, tres días después se detectaron otros seis en Sudáfrica y uno en Hong Kong. En total, suman diez casos confirmados mediante secuenciación genómica.
Países como Italia, Austria, Francia, Alemania, Japón y el Reino Unido han impuesto restricciones a los vuelos y a los viajeros de seis países africanos después de que se detectara la nueva cepa en Sudáfrica, Botswana y en un visitante de Hong Kong desde Sudáfrica.