En el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, profesionales de la salud alertan sobre la rápida pérdida de fuerza y movimiento cuando el cuerpo permanece inactivo y recomiendan medidas preventivas.
En el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, profesionales de la salud alertan sobre la rápida pérdida de fuerza y movimiento cuando el cuerpo permanece inactivo y recomiendan medidas preventivas.

En el Perú, más de un millón de personas vive con alguna discapacidad, y 52,7 % de ellas son adultos mayores, según cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Además, 59,2 % reporta dificultades para moverse o caminar, convirtiendo la limitación motora en el principal desafío cotidiano.

A este escenario se suma que más de 667 mil personas con discapacidad también padecen enfermedades crónicas, lo que incrementa el riesgo de perder fuerza y movilidad en cortos periodos si no existe una rutina regular de actividad.

Pérdida acelerada de fuerza: una amenaza poco visible

En el marco del Día Internacional de las Personas con Discapacidad, especialistas advierten que una persona con movilidad reducida puede experimentar deterioro muscular en cuestión de semanas si permanece inactiva.

El Dr. Julio Armas Mori, médico cirujano especialista en Ortopedia y Traumatología, explica que la prevención del desgaste físico debe ser un proceso guiado:

“Las personas con discapacidad no pueden depender únicamente de la movilidad espontánea. Necesitan un plan estructurado que trabaje fuerza, estabilidad y control del dolor de forma progresiva”.

Recomendaciones para conservar fuerza y movilidad

Los especialistas señalan tres pilares preventivos:

  1. Mantener el cuerpo en movimiento: Incluir ejercicios asistidos y movimientos en rangos pequeños permite activar músculos debilitados y evita contracturas. Las rutinas deben ajustarse a la capacidad funcional de cada persona.
  2. Terapia física regular y adaptada: La terapia dirigida ayuda a conservar la musculatura, mantener el rango articular y evitar rigidez. Según el Dr. Armas: “El movimiento es una terapia poderosa, pero debe ser guiado, seguro y medible”.
  3. Seguimiento continuo y trazabilidad: Modelos de evaluación como EVA (dolor), ROM (movilidad) y pruebas funcionales permiten ajustar el tratamiento, prevenir lesiones y evitar la repetición de diagnósticos, un obstáculo frecuente en personas con discapacidad.

Autonomía y movimiento: claves para la calidad de vida

Este 3 de diciembre, la fecha recuerda que la autonomía de las personas con discapacidad depende también del acceso a planes de movimiento asistido y terapias adaptadas. Mantener una estimulación constante puede marcar la diferencia entre conservar independencia o enfrentar un deterioro progresivo.

Datos clave

  • Más de 1 millón de personas con discapacidad vive en Perú.
  • 52,7 % son adultos mayores (INEI).
  • 59,2 % tiene dificultades para caminar o moverse (ENEDIS).
  • 667 mil personas presentan además enfermedades crónicas.
  • La pérdida de fuerza puede aparecer en pocas semanas sin movimiento.
  • Terapia física continua reduce rigidez y contracturas.