“A partir de los 30 años, la calidad ovocitaria empieza a caer; después de los 35 años, los embarazos son menos frecuentes de conseguir”, explica el especialista.
“A partir de los 30 años, la calidad ovocitaria empieza a caer; después de los 35 años, los embarazos son menos frecuentes de conseguir”, explica el especialista.

En la actualidad, el deseo de ser madre es tan variante en la medida que las mujeres priorizan otros anhelos o metas para su vida, sin embargo, al momento de querer concebir un bebé, una de las preocupaciones de muchas mujeres mayores de 30 es saber si su embarazo podría ser complicado para ellas o su bebé.

En ese sentido, el Dr. Félix Esteban López Gamboa, ginecólogo obstetra de la Clínica Stella Maris, nos comenta cómo un embarazo después de los 35 años es más riesgoso. “A partir de los 30 años, la calidad ovocitaria empieza a caer; después de los 35 años, los embarazos son menos frecuentes de conseguir, y aumentan los riesgos de tener preeclampsia, diabetes gestacional o niños de bajo peso”.

Para saber reconocer los mitos y verdades sobre la situación gestacional de mujeres mayores de 30 años, el especialista nos explica lo siguiente:

Mito 1: Las mujeres disminuyen la fertilidad después de los 30 años.

Verdad: En el caso de las mujeres, la reserva de óvulos que tenemos desde que nacemos se va agotando. Por ejemplo, las mujeres nacen con 1 a 2 millones de óvulos y se estima que a los 40 años se llegue a alrededor de 80,000. Estos óvulos se pierden en cada ciclo menstrual, es así como la fertilidad femenina en el paso del tiempo está relacionada a la poca capacidad de conseguir la gestación, mas no se descarta la posibilidad de embarazo.

Mito 2: El embarazo después de los 30 años puede ser un desafío en la salud de la madre y el bebé.

Verdad: Existe un mayor riesgo de ciertas complicaciones, como la preeclampsia y el parto prematuro, pero estos riesgos pueden controlarse con un seguimiento médico adecuado y oportuno.

Mito 3: Las mujeres mayores de 30 años tienen más probabilidades de tener hijos con discapacidades genéticas y problemas en su desarrollo o bienestar.

Verdad: Especialmente a partir de esta edad en adelante es cuando el riesgo de ciertas anomalías genéticas aumenta con las alteraciones cromosómicas. Puede recomendarse ciertas pruebas para confirmar que el futuro bebé no tenga complicaciones o alteraciones en su desarrollo o bienestar: exámenes en sangre materna (ADN fetal), ecografías (genética, morfológica), ecografías Doppler, entre otros.

El especialista recomienda hacer estudios de fertilidad tras un año de relaciones sexuales no protegidas, y luego de seis meses si la mujer tiene más de 35 años, por la disminución de la cantidad y calidad de los óvulos.

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