Según el especialista, cuando el miedo es persistente puede convertirse en un obstáculo para su crecimiento emocional y psicológico.
Según el especialista, cuando el miedo es persistente puede convertirse en un obstáculo para su crecimiento emocional y psicológico.

Es común ver a los más pequeños enfrentarse a situaciones que les generan temor: la oscuridad, estar solos, conocer gente nueva, o incluso los ruidos fuertes. El miedo en los niños es una respuesta natural ante lo desconocido. Pero cuando es persistente puede convertirse en un obstáculo para su crecimiento emocional y psicológico. Esta situación es relevante cuando más de 1500 niños han sido atendidos por estrés agudo y postraumático, entre enero y junio de 2024, según Minsa.

Para Ronald Armando Leon Santos, coordinador de la Maestría en Psicología Educativa de la Universidad Autónoma del Perú (UA), es fundamental que los padres aprendan a gestionar estos temores de manera que promuevan el bienestar emocional de los niños. Además, destaca que la educación emocional en las escuelas desempeñan un papel crucial, ya que no solo ofrece formación académica, sino también herramientas para el manejo adecuado de las emociones.

“Cuando un niño expresa miedo, debemos tomarnos el tiempo para entender qué lo está provocando. No minimicemos sus sentimientos; lo que para nosotros puede parecer insignificante, para ellos puede ser un gran desafío. Esto significa que debemos ser un refugio emocional para nuestros hijos, donde sepan que pueden hablar abiertamente”, detalla.

Así, el especialista brinda las siguientes consejos para acompañar a los niños y hacerlos sentir más seguros:

  • Crear un plan de acción: Ayuda al niño a enfrentar sus miedos de manera gradual. Por ejemplo, si tiene miedo a la oscuridad, comienza dejando una luz tenue encendida y reduce la intensidad gradualmente.
  • Modelar comportamientos positivos: Los niños aprenden observando a los adultos. Si muestras una actitud calmada cuando enfrentas tus temores, ellos tenderán a imitar ese comportamiento, aprendiendo a manejar mejor sus propios miedos.
  • Fomentar la imaginación positiva: Anima al niño a usar su imaginación para crear escenarios positivos que reemplacen los pensamientos aterradores. Por ejemplo, imaginar un héroe protector o un lugar seguro puede ayudar a reducir el miedo.

Finalmente, el también psicólogo educativo sostiene que, en un país como Perú, donde el futuro de nuestra sociedad está en manos de las nuevas generaciones, apoyar emocionalmente a nuestros hijos no es solo una tarea de amor, sino una inversión en el bienestar colectivo.

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