El queratocono es una enfermedad ocular en la que se deforma la córnea progresivamente, pasando a tener forma de “cono”. Lo que hace que la visión se torne borrosa y sensible a la luz y resplandor. Suele afectar a personas jóvenes con miopía y astigmatismo con progresión rápida que se frotan repetitivamente los ojos.
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Con el tiempo, esta condición puede disminuir la calidad de vida del paciente porque su medida aumenta de manera rápida y progresiva, por lo que necesita cambiar sus lentes con frecuencia hasta que llega un momento en que las gafas no son suficientes para corregir su visión. Por ello, es muy importante recibir un diagnóstico precoz.
Casi el 80% de los pacientes con queratocono son diagnosticados antes de los 30 años. En este contexto, la topografía corneal o mapa de la córnea juega un papel clave. Esta prueba es indolora, breve, no invasiva y brinda resultados inmediatos para que el oftalmólogo recomiende el tratamiento más adecuado para cada caso, según explica la oftalmóloga Karin Arellano de la Clínica Ricardo Palma.
Según el grado de la afección, el especialista puede sugerir: uso de lentes de contacto especiales, Crosslinking corneal, implantes de anillos intraestromales o trasplante de córnea, refiere la doctora Arellano tras advertir que si la persona no recibe tratamiento oportuno puede tener dificultades para realizar actividades cotidianas como leer, conducir o incluso puede perder la visión.
SEÑALES DE ALERTA
Visión borrosa, distorsionada, doble, cambio frecuente de medidas, fotofobia o aumento de la sensibilidad a la luz, halos alrededor de las luces, en especial, por las noches, picazón o irritación ocular debido al roce de la córnea irregular contra el párpado, cansancio visual o dificultad para ver de noche son algunos de los síntomas de queratocono.
Existen algunos factores que incrementan el riesgo de sufrir este mal. Por ejemplo, carga genética, factores ambientales frotamiento excesivo de los ojos por alergias, uso inadecuado de lentes de contacto, enfermedades sistémicas y traumas oculares.
El queratocono no solo puede limitar la realización de las tareas diarias de las personas por las dificultades visuales, sino también puede tener un impacto emocional y psicológico generados por cuadros de ansiedad y depresión. Cuide su salud visual, hágase un chequeo oftalmológico una vez al año.
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