El especialista señala que la clave para un viaje familiar exitoso está en la preparación emocional de los menores, su participación y una gestión serena de las situaciones inesperadas.
El especialista señala que la clave para un viaje familiar exitoso está en la preparación emocional de los menores, su participación y una gestión serena de las situaciones inesperadas.

Planificar un viaje familiar puede convertirse en una experiencia enriquecedora si se adoptan medidas adecuadas desde el inicio. Así lo explica Alex Gonzales, coordinador académico de la carrera de Psicología de la Universidad Tecnológica del Perú (UTP), quien indica que la preparación emocional de los menores es fundamental.

“Si les damos información y los incluimos en la conversación, se sienten más seguros”, afirma el especialista. Recomienda explicar con anticipación el destino, la duración del trayecto y las características del viaje, además de validar emociones como ansiedad, miedo o entusiasmo.

Involucrar a los niños en los preparativos

Gonzales destaca que la participación activa de los menores contribuye a reducir la resistencia al momento de partir. Permitirles elegir entre dos actividades o colaborar en el armado de su equipaje fortalece su autonomía. “Son pequeños gestos, pero hacen una gran diferencia”, asegura.

Para niños poco acostumbrados a viajar, aconseja anticipar sensaciones o sonidos del trayecto, como el movimiento del bus o el ruido del avión, y recordarles que irán acompañados en todo momento. También sugiere técnicas sencillas de relajación, como respiraciones profundas, o el uso de un objeto de transición, como un peluche o cuento favorito.

Alternar actividades y acompañar el entretenimiento

El especialista indica que durante el viaje lo ideal es alternar actividades variadas para mantener la atención y el bienestar de los niños. “Juegos de palabras, adivinanzas o audiocuentos resultan muy efectivos”, señala. Asimismo, resalta la importancia de compartir algunas de estas dinámicas: “El tiempo juntos también entretiene”.

Las preguntas frecuentes sobre la duración del viaje, detalla, reflejan pérdida de noción del tiempo. Para manejarlas, recomienda emplear referencias visuales como un mapa o dividir el recorrido en etapas, respondiendo siempre con paciencia.

Uso moderado de pantallas y manejo emocional

El psicólogo reconoce que los dispositivos electrónicos pueden ser aliados si se utilizan con moderación y bajo acuerdos previos. Sugiere alternar su uso con juegos sin pantalla para promover la conexión familiar.

Ante episodios de molestia o desregulación emocional, Gonzales enfatiza que el adulto debe mantener la calma. Estos momentos suelen originarse por cansancio, hambre o sensación de pérdida de control. “Lo mejor es validar lo que sienten y ofrecer contención sin sobre reaccionar”, explica. Recomienda llevar al menor a un lugar tranquilo y evitar regaños en público para facilitar la recuperación emocional.

Ajustar expectativas y planificar con flexibilidad

Finalmente, el especialista advierte que uno de los errores más comunes es esperar que los niños se comporten como adultos durante un viaje. Sugiere planificar con flexibilidad, anticipar necesidades básicas como hambre o sueño, y llevar snacks u objetos familiares para brindar confort en el trayecto.