La pandemia por coronavirus ha puedo en jaque a diversos rubros que han tenido que adaptarse a la situación de aislamiento para continuar atendiendo las necesidades de la población; el sector salud no ha sido ajeno a ello.
En esa línea, la telemedicina ha cobrado gran protagonismo. Según explica Mirian Pinto Paz, cirujano oncólogo de mamas, tejidos blandos y piel, se trata de “la prestación a distancia de los servicios médicos utilizando la tecnología, es decir, una persona puede recibir atención a través de una pantalla”.
INICIOS. Inicialmente, la telemedicina fue creada para que los médicos brinden conferencias sobre un tema específico o para que un profesional de la salud ayude a otro a atender a un paciente, detalló Pinto.
MODALIDAD. A raíz de la crisis mundial por el COVID-19, esto cambió y aparecieron dos términos nuevos, luego de la resolución ministerial en marzo: teleorientación y telemonitoreo.
Jorge Saldaña, urólogo director de Urozen, señaló que la teleorientación es cuando un médico atiende por primera vez a una persona mediante videoconferencia. “Se le orienta en base a sus síntomas o se le recomienda asistir a un centro médico en caso sea necesario”, indicó. Mientras que el telemonitoreo consiste en una evaluación constante para conocer la evolución del tratamiento. La doctora Pinto señala que también existe la tecnología de almacenamiento y envío.
BENEFICIOS. El especialista Saldaña manifestó que las ventajas son que las personas “no se exponen al salir a la calle ni a estar reunido en la sala de espera de un hospital, ahorran tiempo, brindan mayor comodidad y disminuyen los costos tanto para el personal médico como para el paciente”.
Además, resaltó, contribuye a que el mismo profesional de la salud tampoco esté expuesto al virus.
ENFERMEDADES. “Es importante recalcar que este método no es apto para todos los pacientes. Yo no puedo operar un cáncer de próstata o tratar una quimioterapia”, resaltó el médico de Urozen, pero la telemedicina sí permite reducir la cantidad de personas que se atienden en una institución.
Los males que se pueden tratar bajo esta modalidad son las enfermedades respiratorias, la presión alta, el colesterol, problemas alérgicos, infecciones ginecológicas simples, dolores articulares, contracturas musculares, entre otros.