La enfermedad de manos, pies y boca es una dolencia que puede afectar a cualquier grupo de edad y cursar con o sin síntomas; no obstante, es más común que se presente en niños y niñas menores de 10 años. Esta enfermedad, altamente contagiosa, pero no grave, es causada por el virus Coxsackie, un enterovirus que puede infectar el tracto digestivo de los seres humanos y ocasiona una serie de afecciones, como la presencia de ampollas y lesiones en manos, pies y boca, fiebre, inapetencia, secreción nasal y dolor de garganta.
Actualmente no existe una vacuna específica contra el virus, pero si múltiples medidas preventivas que pueden ayudar a evitar el desarrollo de la enfermedad. Entre las principales se encuentran: Lavarse las manos, evitar el contacto cercano con personas infectadas, así como limpiar y desinfectar las superficies que se tocan frecuentemente.
“La mayoría de los niños con la enfermedad de manos, pies y boca se mejoran por sí solos en 7 a 10 días. No existe un tratamiento médico, debido a que la enfermedad es usualmente leve. Los niños pueden continuar yendo a programas de cuidados y escuelas, siempre y cuando, no tengan fiebre, no tengan babeo incontrolado con llagas en la boca y se sientan lo suficientemente bien como para participar en actividades de la clase”, afirma la Lic. Luz Zapatero, docente de la carrera de Enfermería del Instituto Carrión.
Teniendo en cuenta esta información, la especialista brinda cinco consejos para tratar la enfermedad de manos, pies y boca en niños.
- Higiene rigurosa: El lavado frecuente de manos con agua y jabón es esencial para prevenir la propagación. Inculcar este hábito en los niños reduce la transmisión de virus que causan esta y otras enfermedades.
- Aislamiento temporal: Si tu hijo o hija se enferma, es crucial mantenerlo en casa para evitar la transmisión a otros niños. Consulta con el pediatra para conocer el período recomendado de aislamiento.
- Alivio de síntomas: Los síntomas, como fiebre y malestar, pueden ser tratados con analgésicos recomendados por el médico. En cuanto a la alimentación, no debe forzarse al paciente a comer, aunque es recomendable ofrecerle alimentos fríos y suaves que puedan aliviar el malestar al pasar hasta que puedan ingerir alimentos sólidos. En cuanto al aseo bucal, lo ideal es realizarlos sin cepillo dental para evitar complicar las lesiones.
- Cuidado de las lesiones: Mantén las ampollas y lesiones limpias y secas para evitar infecciones secundarias. Utiliza apósitos o cremas recomendadas por el médico para aliviar la irritación.
- Vigilancia continua: Si el paciente sigue muy irritable, no hay forma de tranquilizarlo, no tiene ganas de nada o parece estar empeorando, tiene signos de deshidratación como la boca seca o pegajosa, los ojos hundidos y orina menos que de costumbre o moja menos pañales, busca atención médica de inmediato.
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