Hay en las crónicas de Guido Sánchez Santur los pasos, los gestos, el recorrido anhelante, la intuición al caminar por múltiples espacios, rutas y senderos.
Hay en las crónicas de Guido Sánchez Santur los pasos, los gestos, el recorrido anhelante, la intuición al caminar por múltiples espacios, rutas y senderos.

Natural de La Coipa, provincia de San Ignacio, con estudios primarios en Puerto Ciruelo y los secundarios en su provincia, Guido Sánchez, graduado en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Piura, se ha establecido hace buen tiempo en , dedicado al ejercicio del periodismo, especialmente en el diario “La Industria”, y a la docencia universitaria. Es un reconocido propulsor de la ecología y el turismo, en cuyo desempeño viene difundiendo importantes reportajes y crónicas sobre muchos y variados aspectos de los diversos pueblos y comarcas de muchas partes del país. Una muestra de su trascendente labor periodística se sustenta en una clara visión del paisaje, la geografía, la sociedad y el turismo, y se ha plasmado en el volumen “Más allá de los destinos: crónicas y reportajes”.

VER MÁS: Saniel Lozano y la literatura de la emancipación

De pueblo en pueblo, de comarca en comarca, pasando de un paraje, ciudad o región a otros, con su henchido equipaje de búsqueda y emoción, dotado de su sentida e irrenunciable vocación de contemporáneo trotamundos en el universo peruano, Guido Sánchez Santur nos muestra, deslumbrado y absorto, lo que sus pupilas descubren, iluminan e irradian. Entonces la observación sagaz, la percepción aguda y sutil, el detalle oculto o ignorado le permiten dar rienda suelta a la fecundidad asombrosa de sus descubrimientos para mostrar y difundir los animados y cromáticos cuadros del mapa geográfico, humano y social que es nuestra patria y su gente.

JUGLAR Y CRONISTA

Guido posee esa extraordinaria sensibilidad para conmoverse ante aquello que probablemente en los demás pasa inadvertido. Tiene vocación, el impacto y la curiosidad febril del cronista –no digo simplemente del periodista de nuestros días– que redescubre las múltiples imágenes del Perú poblado de ancestrales raíces, cuya verdadera riqueza ya no es la que alucinó y saquearon los invasores, conquistadores, encomenderos, oligarcas y comerciantes de brújula extraviada o maleada por la ambición, sino ese otro caudal inagotable de tradiciones, costumbres, ritos, festividades, paisajes, recursos naturales, visiones de todos los reinos de la naturaleza. Todo aquello que mora en el espacio de un mundo peruano, cuyo horizonte cada vea se ensancha y profundiza mientras más se lo recorre.

Guido es un periodista moderno, claro, pero con la vasta e inagotable sensibilidad de una pluma virtuosa con la que traza cuadros, escenas, bocetos y pinceladas de todo lo que tiene nuestra nación como bendición de los dioses, de la historia, de la geografía y la cultura. Y al revelar toda esa riqueza asume un rol magisterial y docente de notables lecciones y mensajes.

PUEDE LEER: Reconocimiento a escritores liberteños

Hay en las crónicas de Guido Sánchez Santur los pasos, los gestos, el recorrido anhelante, la intuición al caminar por múltiples espacios, rutas y senderos. De pronto se me antoja verlo como esa imagen impactante y romántica de los juglares medievales que preferían la caminata y la andadura antes que el reposo y el sosiego para proclamar y cantar los dones de la tierra, del hombre y de la vida.

Y también, cuando leemos las crónicas de Guido se me figura una nueva imagen del “Lazarillo de ciegos caminantes”, aquel noble e incansable mensajero que hizo recorrer Alonso Carrió de la Vandera en los días coloniales, para engarzar pueblos, ciudades y senderos, desde Lima hasta Buenos Aires, pasando por los Andes cerreños, ayacuchanos, puneños, paceños y cochabambinos, con su cargamento pletórico de buenas nuevas y señalando la ruta para quienes se aventurasen en similares peregrinajes.

Resulta admirable el tesoro de crónicas que, una a una, ha ido engarzando el autor, como resultado de sus perspicaces indagaciones, de sus atentas observaciones, de sus percepciones minuciosas y detalladas, de las descripciones al mismo tiempo objetivas y espirituales, de los trazos sugerentes y orientadores, de las explicaciones y orientaciones para llegar a la pascana reparadora de sueños y energías, de la expansión vital; para descubrir juntos la enorme riqueza cultural que poseemos; para revalorar el enorme legado concebido y creado por nuestros ancestros; para narrarnos hechos y acontecimientos engarzados en la trama de sucesos mágicos y maravillosos.

VER AQUÍ: La Libertad: Libros y autores del año que se va

DESCUBRIDOR DE PUEBLOS

Bien decían los teóricos y representantes del “realismo mágico” (García Márquez, entre ellos) que en países como el Perú, los escritores no necesitan inventar o crear, sino descubrir y recrear historias. ¿Fueron esas visiones las que guiaron los pasos de Francisco de Orellana para dirigirse al Amazonas o los Maldonado para perderse por los ríos mágicos de Madre de Dios? Por todo eso, regocijan estas páginas. También, por el conocimiento y la información histórica, geográfica, étnica, sociológica, antropológica y religiosa, propias de cada pueblo, comunidad, lugar y región.

En ese punto decisivo, precisamente, adquieren sentido clarificador el relato subyugante, la advertencia atinada, el consejo oportuno que vamos encontrando en cada texto. Todo elaborado con el caudal de una rica cultura y de una pluma capaz de hacer ver y escuchar lo que el autor va descubriendo y propagando con un desbordante espíritu de auténtica peruanidad.

MUESTRA LIBERTEÑA Y NORTEÑA

En el vasto, complejo y cromático conjunto de crónicas y reportajes del notable libro de Guido Sánchez Santur, podemos destacar los siguientes temas: El embrujo de la dama de Cao, Huanchaco y los caballitos de totora, Malabrigo: de olas y ensueño, El patrón de los agricultores,

De diversos ámbitos de la sierra norte destacan estas muestras: Cachicadán: termalismo, historia y leyenda; Parada de gallardete (Huamachuco); Cajabamba, entre bosques y pedernales; Kuélap: la grandeza de los Chachapoyas; Los mantos y regalos de la virgen (Otusco); Sinsicap: tierra de las chucrunas; Tayabamba: oro, leyenda y diversidad geográfica; Por las rutas del nororiente peruano.

LE PUEDE INTERESAR

TAGS RELACIONADOS