Diego López Hernández visitó varios países del mundo donde pudo desarrollar proyectos artísticos y empresariales. (Foto: Cortesía)
Diego López Hernández visitó varios países del mundo donde pudo desarrollar proyectos artísticos y empresariales. (Foto: Cortesía)

En los últimos años, se ha incrementado notablemente el comercio de discos de vinilo, tan populares especialmente en la segunda mitad del siglo pasado, debido a su principal cualidad de ofrecer una reproducción de sonido mucho más fiel, que hasta ahora no ha sido superada por los modernos dispositivos que conocemos, destacó el emprendedor y audiófilo Diego López Hernández.

Luego de conocer varios países y desarrollar proyectos artísticos y empresariales, ligados a la escena y la historia de la música, Diego López ha creado Vinyl Café Arequipa, junto a su esposa, Shawna Sanders, bióloga de profesión. Se trata de una tienda de discos, librería musical y coffee shop en el Centro Histórico, que ofrece una amplia selección de discos de vinilo, libros de rock, además de presentaciones acústicas y recitales de poesía. Por su parte, Shawna se ha dedicado por muchos años al desarrollo del turismo cultural en varias regiones del país y ahora está investigando sobre la producción de los granos de café en el país.

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¿Cómo fue que aumentó la demanda de discos de vinilo?

En los últimos años la demanda aumentó a pasos agigantados, lo que va de la mano con la revalorización de su sonido y el renacimiento en Sudamérica de la industria de fabricación, desde hace unos trece a catorce años atrás. En otras partes del mundo, las fábricas de vinilos no dejaron de existir, por lo que la demanda fue continua a lo largo de las décadas pasadas.

¿De dónde proceden los discos?

Nosotros trabajamos con distribuidoras de los Estados Unidos, Canadá y Reino Unido. La fabricación mayormente se realiza en Estados Unidos, Canadá y países de Europa. En Perú, se ha reactivado una fábrica de discos de vinilo con la que trabajamos y muchas bandas locales han empezado a publicar sus producciones discográficas en este gran formato de audio.

¿Qué ocurrió con las antiguas disqueras de Lima?

La mayoría cerraron con la llegada de las nuevas tecnologías de audio. Al aparecer el disco compacto (CD) o incluso el casette, el consumo del vinilo, decayó tanto que su fabricación dejó de ser un negocio sostenible para los empresarios vinileros. Esto fue lamentable, porque en las décadas de los 60′s y 70′s el Perú albergó a muchas fábricas de discos, tanto el LP como los de 45 RPM, y sellos discográficos que dejaron como legado muchos de los catálogos musicales más valorados de América Latina.

¿Cuál es el desarrollo de este mercado en Perú?

Con casi cinco años de trayectoria, hemos visto que el mercado del disco de vinilo se ha expandido muchísimo en los últimos años, con la aparición de tiendas nuevas, además de la presentación de ferias, fiestas y eventos dedicados a la cultura de los discos de vinilo. Ya sea por la dificultad de conseguirlos, el tiraje limitado, por no volverse a reproducir, o por ser objetos de culto por su impacto y trascendencia en la historia musical, el precio de los discos más valorados puede llegar a ser exorbitante.


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