A lo mejor soy otro es un estupendo libro de cuentos. Posee una extraordinaria potencia narrativa, evidencia un manejo impecable de la escritura e irradia amor por la literatura.
A lo mejor soy otro es un estupendo libro de cuentos. Posee una extraordinaria potencia narrativa, evidencia un manejo impecable de la escritura e irradia amor por la literatura.

“A lo mejor, soy otro; andando, al alba, otro que marcha / en torno a un disco largo, a un disco elástico; / mortal, figurativo, audaz, diafragma.” Así escribió el gran César Vallejo en uno de sus sobrecogedores Poemas Humanos. Y, como si este autocuestionamiento no bastara, versos adelante remarcó: “A lo mejor, hombre al fin, / las espaldas ungidas de añil misericordia, / a lo mejor, me digo, más allá no hay nada”.

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Inspirados en estos insondables versos, la poeta y narradora trujillana Gloria Portugal reunió sus mejores relatos y se arriesgó a dar un nuevo paso literario. ¿El resultado? Un hermoso y perturbador libro de cuentos titulado A LO MEJOR SOY OTRO. Con este libro, desde mi modesta apreciación, Gloria ingresa al campo de la narrativa sin fronteras y se posesiona como una de las más destacadas escritoras de nuestra región.

Apertura del libro

Nos recibe en la puerta de entrada al libro la emblemática banda británica Pink Floyd, con aquellas inolvidables letras de Brain Damage: “And there’s someone in my head, but it’s not me” (Y hay alguien en mi cabeza, pero no soy yo), a modo de epígrafe. Acto seguido, “Los patos mandarines” (cuento con el que inicia el libro) nos arrastra, sin posibilidad de resistirnos, hacia las más cotidianas escenas de violencia o agresión familiar.

Con un extraordinario manejo de la analogía, Gloria Portugal nos sumerge en el mundo emocional de un niño y, desde esa mirada (la del niño), nos enfrenta ante ese gran cuestionamiento que tanto Vallejo como Pink Floyd nos plantean. Pero, además de ello, pone sobre la mesa aquella carta que casi siempre se oculta respecto a la fragilidad de las relaciones humanas y a sus efectos destructivos. Un cuento que toca las fibras más sensibles de nuestra conciencia.

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Atrapasueños y mundos

Continúa el libro con “El atrapasueños”. Como si el primer cuento no nos hubiese perturbado lo suficiente, este segundo cuento nos pone ante las cuerdas: “La primera vez que sucedió fue la noche de mi cumpleaños, hace como tres meses. ¿Sabe? Ya tengo once y el otro año empiezo la secundaria.” Este cuento es como la fuerza imparable de un dedo en el gatillo. Ningún lector podrá quedarse impasible ante esta historia.

Juzgue, usted mismo(a), a partir de las siguientes líneas: “(…) he colgado el atrapasueños sobre mi cama, como me dijo mi amiga, y aun así sigo soñando que el Isidro se mete detrás de mi biombo y me toca y mete sus manos dentro de mi trusa y hasta me dice cosas horribles, que no le puedo decir porque son pecado y me da mucha vergüenza”.

Con “El mundo” hay un pequeño giro en la temática. Sin embargo, el abandono familiar al que están expuestos los niños que deben convivir con la nueva pareja de sus padres y la insensibilidad social cada vez más habitual, nos embargan y nos sobrecogen. ¿Qué historia subyace detrás de la vida de un vagabundo o de un drogadicto?

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Realismo y fantasía

Muchas veces, la irresponsabilidad o la falta de autoestima se convierten en factores de condena. Y, en esas circunstancias, los animales callejeros terminan siendo los mejores ejemplos de convivencia y de “calor no humano”. Pero, como si eso fuera un mal que nos acecha peligrosamente, no hay más remedio que deshacernos del “agente de ese mal”:

“Pasaron más de diez minutos antes de que se diera cuenta de que aquello era cierto: habían profanado su hogar y se apoderaron de lo poco que poseía. Lo habían desterrado sin previo aviso. Volvió a sentirse indefenso en medio de la noche, en medio del mundo”.

Con el cuento “Algo en el bolsillo izquierdo del abrigo”, Gloria Portugal se nutre de la literatura fantástica, pero sin dejar de lado el realismo de la cotidianeidad. Con “La limpieza del vacío” nos acerca sutil y sorprendentemente a las canteras de la muerte, en el contexto del servicio doméstico y de las diferencias sociales. Con “Una puerta es una puerta” nos introduce en el laberinto de la incertidumbre y la paciencia. Mención aparte merece el extraordinario relato “Tenía oscuros cabellos y una cola de pescado”. Una mezcla de realismo y fantasía, con un toque de romanticismo para los relegados.

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Atributos de la obra

A LO MEJOR SOY OTRO, en palabras del poeta trujillano Parix Cruzado, sintetiza una característica común de sus personajes: “En algún momento de sus circunstancias vitales, no entienden o no ubican su identidad y/o cuestionan quiénes son”. Yo diré que, si bien hay un elemento vertebrador, este cuentario es una extraordinaria muestra de la riqueza fabuladora y creativa de Gloria Portugal.

Se trata de un estupendo libro de cuentos, tanto en el sentido creativo y estético, como escritural. Tres extraordinarias cualidades merecen ser destacadas. En primer lugar, su potencia narrativa: los siete cuentos que lo conforman entretejen historias que nos estremecen y nos “sacan de nuestras sillas”. ¿Y si a lo mejor, no son ellos, sino nosotros? En segundo lugar, son cuentos escritos de manera brillante, con un manejo impecable de la escritura. Y, como si eso no fuese suficiente, esta delicada y cuidadosa edición artesanal pone en nuestras manos un material que irradia amor por la literatura.

Coincido con las palabras del gran creador de Rayuela: “Un cuento perdurable es como la semilla donde está durmiendo el árbol gigantesco”. Los cuentos de Gloria Portugal son esas semillas que harán crecer árboles gigantescos en nosotros, para prodigarnos su vivificante sombra en nuestra memoria, por siempre.

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