Aunque, en realidad, la poesía romántica tiene una presencia permanente en todas las literaturas y en la mayoría de autores, de manera específica encontramos su presencia en varios escritores trujillanos y liberteños, los mismos que ahora difundimos como adhesión a la celebración del Día del Amor, y también como propuesta para los planes lectores del sistema educativo.
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MARÍA NEGRÓN UGARTE
La maestra y poetisa trujillana fue una de las primeras en cantar al amor de pareja, así como al hogar y a los hermanos. Su primer poemario, “Versos de ayer y hoy” (1923), destila un amor ardiente, apasionado, tierno, pero también con la inocultable sensación de la frustración. El prologuista Miguel de Zárraga”, de España, la calificó como “una mujer de alma muy bella que pone toda la exquisita poesía de su corazón cuando escribe sus versos y la pone, también, como si de su pluma no pudiera brotar más que poemas, cuando pretende escribir en prosa”.
En su siguiente libro, “De mi hogar florido” (1928), se incorporan creaciones nacidas en el fulgor de la niñez, la adolescencia y el otoño de la vida; en cambio “Alma tristeza”, por su parte, contiene una intensificación del amor doloroso, angustiante, pesaroso, casi utópico y frustrante, así como una sensación indefinible de la entrega plena al ser amado, tal como se percibe en los versos: “Yo seré tu zulamita / de carne morena; / mi beso, mi caricia / curará tu pena”.
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GONZALO PALACIOS LEÓN
Entre los poetas románticos contemporáneos destacan: Gonzalo Palacios León, fecundo creador, algunos de cuyos poemarios son “Celajes de estío” (1985), “Crepúsculo de amor” (1985), con auspiciosos prólogos de Carlos Garrido Chalén y Wilfredo Torres Ortega, respectivamente; así como sus libros “Haces de luz” y “Poemas sin nombre”. Al respecto, consideramos que Palacios León bien puede ser calificado como el poeta romántico de Trujillo, como lo revelan varios de sus poemarios. En “Celajes de estío”, por ejemplo, recrea con la frescura del recuerdo una cita amorosa en pleno centro de la ciudad. Así lo apreciamos en el poema X. “Para mirarte, / para verte / he decidido de tanto caminar, / buscar un sitio, / ubicar un lugar en la ciudad… // Será cerca / a la puerta principal del templo de San Agustín, / junto a la aldaba / de bronce reluciente, / por donde todos / los peregrinos, al ingresar, / se inclinan reverentes / para musitar su oración // Y ahí vienes: / Has cruzado la vereda, / la calzada, la calle; / yo escucho / tus pasos de gacela, / tu aletear de paloma / blanca, bella, refulgente; / y al instante / se abren mis brazos / para atraparte / como mendigo de tu amor, / porque te adoro.”
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ERASMO ALAYO
Original creador, primero, de “Las lecciones fundamentales de las dalias” (1986) y a continuación, de “El sueño de los labios” (1987), de carácter romántico. Asume la creación poética como medio de purificación sensible y espiritual.
Asimismo, en su antología “Como la huella de un pie desnudo” (2004), cuya selección de su producción poética se debe al aporte primordial del poeta Angel Gavidia, se vuelca en un caudal que convoca sentimiento y emoción, corazón y cerebro, percepción y expresión, cuerpo y alma, materia y espíritu, neuronas y vibración espiritual, de manera que no hay antagonismo entre ciencia y arte, o entre materia y espíritu, sino que se interrelacionan recíprocamente, hasta resolverse en la unidad.
MARLENE CARRANZA
Inspirada y sensible poetisa, Marlene Carranza Sandoval, de probados méritos literarios, también se revela como original creadora romántica, aunque es sensible que después de publicar el breve poemario “Hechizo de sueños” no haya anunciado nuevos títulos, aparte de haber publicado alguna poesía suelta. Lo importante ahora es entonces que en su libro citado revela una poesía profundamente lírica, de vivencias con frecuencias desgarradas y solitarias, de anhelos de entrega plena al ser amado en un mundo de eternidad: “Amanece / y bajo la amorosa tibieza / de tu velada sonrisa / mi ser revive / placeres compartidos / en la inefable fusión / de la entrega”.
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JULIO LÁZARO, ADÁN CABANILLAS, LUIS CABRERA
En realidad, la relación de poetas románticos liberteños es más amplia; de manera que los autores citados constituyen simplemente muestras de la inspiración amorosa. Por eso, en este panorama también sobresale la fina y sentida poesía de Julio Lázaro Alfaro, miembro del Grupo “Aramauta”, quien en su poemario “Tu rostro en mi recuerdo” (1963) ofrece unos versos de amor inspirados por la amada ausente; mientras que en “Cantos de amor” (1965) el sentimiento lírico brota en la vastedad de la distancia y la soledad. También es autor de “Cantos a Elisa”.
Adán Cabanillas Pinedo es autor del evocativo poemario “La fragancia del olvido” (1992); Luis Cabrera Vigo, en “Retrato del mediodía”, desarrolla temas sobre la familia y la vida cotidiana, mientras que en “Clamor” sorprende por el empleo de una sintaxis original de apariencia narrativa.
También la poesía amorosa la apreciamos plena de ternura e intensidad lírica en la creación de Rogger Quevedo, como se aprecia en su poemario “Palabras de tu ausencia” (1992); asimismo, consideramos un libro que derrocha plenitud del amor y de título explícito: “110 poemas de amor”, de Ramiro Mendoza Sánchez.