El año que concluye nos permite trazar un recuento de los libros publicados en este periodo en el ámbito de nuestra región; en comparación con el año anterior se advirtió una mayor producción, claro signo de una franca recuperación luego de la tensa y trágica temporada causada por la pandemia del coronavirus.
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Cuento
Gerson Ramírez Avila ratificó una valiosa y ascendente trayectoria en el cultivo del cuento a través de su libro “El nombre de los días”, un volumen que, en opinión de Casimiro Ramírez Tenorio, revela una “transparente precariedad social y económica en la que vive un fragmento mayoritario de la población rural de Laredo y, por extensión, de todo el país. Su mayor mérito no se queda en el nivel literario, sino que trasciende al nivel de la denuncia social”.
Otro singular y extraordinario narrador, también excepcional cultivador del cuento corto, Angel Gavidia, publicó dos volúmenes en este género: “Veintidós inquilinos precarios” (el título alude ingeniosamente a igual número de relatos), así como “Ultimos cuentos”, de referente más explícito sobre hechos ocurrido en diversos escenarios.
Con aleccionador prólogo de Alíndor Terán, al fin vimos plasmada la inspiración narrativa de Noemí Arana (natural de Jequetepeque), quien publicó el conjunto de cuentos “Paisaje violado”. En opinión de Alíndor, se trata de un grupo de cuentos “pletóricos de vida, de dinamismo, auténticamente populares, cuyo contenido y mensaje serán asequibles y repercutirán en la visión del mundo de todos sus potenciales lectores”.
El Centro de Promoción Cultural Trujillo, que dirige Maruja Alemán, publicó el volumen “Premio Nacional de Cuento, que reúne los trabajos ganadores del XXI certamen “Germán Patrón Candela”: “El sueño de un huarango llamado Gamliel” (Christian Sánchez Zúñiga, de Ica), “Un diario en el desierto” (Marco Antonio Guzmán Orbegoso, de Lima), “El mural” (Eduardo Saldaña Terrones”, Trujillo), “Embistiendo llegó el toro” (Erick Garay, de Lima), “La sacerdotisa de Cao” (Clauda Daga Salazar, de Lima), “El enigma de la catedral de Piura” (Juan Julio Rosas, de Talara), “Draconianas” (Fernanda Córdova Ruiz, de Lima), “El cielo de Lichuan” (Josué Torres Varas, de Virú) y Sunqukuna” (Maricielo Julcamanyan, Lima.
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Novela
Otro escritor guadalupano, el reconocido, fecundo y talentoso Josué Vallejos Vásquez, publicó el volumen “El juego del destino”, en el que desarrolla una hermosa y fresca historia de amor, así como revalora las dimensiones de la amistad y el aprendizaje protagonizados por personajes de la costa norte, cuyo principal medio de expresión es la oralidad local y regional.
También Miguel Arbildo, afincado en Guadalupe, entregó otro título de su meritoria inquietud narrativa a través de la novela breve “Cerco de quimera”, de evocador ambiente campesino norteño.
Sin embargo, el mayor logro narrativo lo constituye la formidable novela “Kachkaniraqmi, Arguedas”, del consagrado escritor Eduardo González Viaña, de quien nos llegó la segunda edición por gentileza desbordante del escritor y editor Carlos Vega Ocaña.
Historia y tradición
Ratificando su especial talento y vocación por la exploración de las raíces tradicionales y populares, los hermanos Miguel y Carlos Vega Cárdenas publicaron un tercer volumen de su serie sobre el vasto ámbito geográfico de Trujillo, específicamente de ambiente y origen colonial, a través del libro: “El marquesado de Bellavista, el mayorazgo de Licapa, y el Mayorazgo de Facalá”, en el que se rastrea los orígenes y huellas de varias haciendas y propiedades liberteñas y trujillanas, como Santa Elena, Chicama, la Marqueza, el Club Central, el Centro Viejo “Pedro M. Ureña”, Luis Albrecht y otras espacios.
En un campo afín por lo histórico, pero de carácter literario, se publicó “Historias, reminiscencias y cuentos”, de la fina poetisa y educadora María Negrón Ugarte.
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Prosa y poesía
También accedimos a dos importantes libros de creación literaria excepcional y de extraordinaria elaboración, cuya arquitectura y contenido revelan madurez en el quehacer literario: el poemario “Tierra idílica en los ojos del conquistador”, de Elías Alcántara Pizán”, y el singular y hermoso libro de prosas “Las dos piedras”, de Alfonso Chunga Flores.
Del mencionado poemario, escribe Bethoven Medina Sánchez: “Esta obra se adentra en la historia peruana, explorando la presencia de Francisco Pizarro y su impacto en el proceso histórico del país. El poeta, consciente de su papel en la sociedad, aborda temas relacionados con la educación, ecología y psicología, mostrando una profunda empatía y comprensión humana. Su obra es un testimonio de su conexión con el valle Jequetepeque y su deseo de transformar la sociedad a través de la poesía.
Más allá del mundo del fútbol
Los narradores y periodistas Ricardo Vera Leyva y César Clavijo Arbaiza, con probado y magistral estilo, publicaron el original y casi insólito libro cuyo protagonista es el fútbol: “No todo se queda en la cancha”, justicieramente comentado y elogiado por dos expertos y autoridades del tema: Eloy Jáuregui y Miguel Villegas.
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Murgia y la Casa de la Identidad
Reiterada muestra de su impecable y trascendental labor como presidente del Gobierno Regional de La Libertad, José Murgia Zannier, en coautoría con Juan Polo Huacacolqui, publicó la Memoria de la Cooperación Técnica Internacional 2007 -2014, en cuyo contenido destacan los proyectos financiados por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo: Programa de sustitución de cocinas a leña por cocinas mejoradas a leña en la región La Libertad y la reconstrucción e implementación de la Casa de la Identidad Regional de La Libertad.
Sobre la medicina en el antiguo Perú
También el distinguido médico y sobresaliente investigador y profesor universitario Emiliano Paico Vílchez publicó, bajo el sello del Fondo Editorial Comunicacional del Colegio Médico del Perú, un nuevo volumen de su vocación científica histórica: “El médico aborigen peruano”.
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