El escritor peruano Mario Vargas Llosa tuvo un encuentro en Berlín con el presidente alemán Franck Walter Steinmeier en el que ambos hablaron del papel de la literatura en medio de la pandemia, de las relaciones entre política y literatura y de los retos que esta última implica para las democracias liberales.
Al comienzo del encuentro el presentador, Jörg Tadeuz, planteó la pregunta si la experiencia del coronavirus no hace pensar que los regímenes autoritarios tienen una mejor capacidad de reacción ante las situaciones de crisis.
“En las democracias hay verdades y mentiras pero en las dictaduras solo hay mentiras”, respondió Vargas Llosa en el encuentro, organizado con la colaboración del Instituto Cervantes de la capital alemana en el marco del Festival de Literatura de Berlín.
“Mire usted el caso de China donde aparentemente nació el virus. ¿Qué sabemos? Prácticamente nada”, dijo el Nobel, a quien introdujo en el acto el director del Cervantes de Berlín, Ignacio Olmos, quien recordó que el escritor da nombre a la biblioteca del Instituto y que es ejemplo “de un intelectual metido permanentemente en el debate político.”
“Sabemos que unos científicos muy honestos denunciaron la aparición del virus. ¿Qué hizo el Gobierno chino? Los encerró, los castigó, los obligó a desdecirse de lo que habían dicho y finalmente no sabemos ni siquiera qué pasó con esos señores”, añadió Vargas Llosa.
“Tampoco ha quedado para nada claro lo que fue la experiencia china con el virus. Todavía es un misterio, ojalá se aclare”, confió.
Lo ocurrido en China, según Vargas Llosa, “es un indicio de lo que ocurre con las dictaduras” que “siempre mienten y por eso nadie les cree”.
“En el caso de una muy mediocre democracia por lo menos podemos acercarnos a una verdad. Los Gobiernos en las democracias tienen también algunas veces la intención de mentir pero como existe libertad hay un periodismo que impide mentir o que denuncia sus mentiras”, dijo.
LA LITERATURA COMO GERMEN DE DEBATE
En ese contexto, Vargas Llosa destacó el papel de la literatura como germen de debates y como algo que ayuda a crear ciudadanos críticos y difíciles de manipular.
“La literatura crea ciudadanos que son mucho más difíciles de manipular que los otros. Ciudadanos que son díscolos, que son inconformes, que siempre tienden a criticar, están buscando siempre aquello que anda mal”, dijo.
“Eso es bueno porque es lo que le permite a la democracia mejorar. Creo que las democracias en nuestros días son mejores que lo que eran las democracias en el pasado y en cambio todas las dictaduras sin excepción son siempre peores”, agregó.
Las democracias liberales, según Vargas Llosa, son precisamente eso: un debate abierto sobre la mejor solución a los problemas en el que nadie tiene la última palabra pero en el que siempre es posible progresar.
Steinmeier expresó sus dudas acerca de que ese papel de testigo de la inconformidad, que él admite para literatura en medio de una dictadura, sea el mismo en el caso de una democracia.
“Siempre hay algo que está mal. La literatura siempre se queja”, le respondió Vargas Llosa.
Steinmeier le preguntó al escritor peruano si su actividad política le había ayudado a ser mejor escritor.
“No sé si la política me ha ayudado a ser mejor escritor pero sí creo que todo escritor necesita la política. Incluso si un escritor detesta la política tiene que hacer política porque la política es una manera de vida más intensa y eso para un escritor es absolutamente indispensable”, respondió.
LAS LECCIONES DE LA PANDEMIA
Vargas Llosa, por otra parte, se mostró optimista por que se aprendan las lecciones de la pandemia para mejorar nuestra vida y nuestra actitud ante la sociedad y la naturaleza.
“Creo que éramos demasiado arrogantes. Teníamos la sensación de que habíamos controlado la naturaleza y que estaba al servicio nuestro y que ya no tenía secretos ni amenazas y nos hemos llevado una gran sorpresa”, dijo.
Ahora sabemos que no es así y que se necesitan más inversiones en investigación en ciencia y un mejor sistema sanitario.
Por otra parte, el escritor señaló que la pandemia ha afectado de manera más drástica a los pobres mientras que los sectores privilegiados siguieron siéndolo.
“Ojalá sacáramos un incentivo de esta experiencia para luchar contra las grandes desigualdades”, dijo.
Su propia experiencia durante la pandemia ha sido confortable. “He podido mantener a los periodistas alejados de mi casa y he tenido tiempo para leer y releer”, bromeó.
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