En su poemario “Kauneus (la belleza)”, la escritora reflexiona sobre la patria, el canon de lo bello y el lugar de la poesía en un mundo cada vez más complicado
En su poemario “Kauneus (la belleza)”, la escritora reflexiona sobre la patria, el canon de lo bello y el lugar de la poesía en un mundo cada vez más complicado

En medio de la ciudad de Ramala, en Palestina, un taxista de 17 años le dijo a la poeta Roxana Crisólogo que la belleza vivía en Brasil.

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“Yo quiero irme allá porque son felices y todo es hermoso”, le comentó. Luego, el joven señaló su entorno: “Mira esto, es horrible”.

A partir de ahí, nació en Crisólogo una pregunta que recorre su poemario “Kauneus (la belleza)” (Intermezzo tropical, 2021): “¿Dónde está la poesía y la belleza en un mundo devastado por desastres ambientales, autoritarismo, racismo, capitalismo salvaje?”.

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Tu libro rompe con la mirada típica de la belleza...

Hay que buscar los matices. Para mí era muy importante hablar desde mi ciudad: Lima la horrible. Yo digo que no lo es. Para mí una ciudad horrible es donde veo neonazis. El poemario también tiene que ver con identidad, tolerancia, muchos temas que se conectan.

Hay una conexión entre Lima y Helsinki...

En Lima, hago un viaje hacia atrás, mi niñez, para ver cuáles han sido esos sueños robados o los que he estado viviendo que no son míos. Pero también doy los pasos hacia adelante, el futuro. Y está el presente, que es vivir en Helsinki, una ciudad pequeña, aislada, que enfrenta problemas como el avance de grupos ultranacionalistas. Casi no la describo pero aparecen sensaciones, voy escuchando lo que pasa y tejo la poesía a través de las voces.

Otro tema recurrente es la patria. Cerca del Bicentenario, ¿qué se puede decir de este concepto?

A veces he pensado que es el lugar donde vivo, pero no lo es porque estoy muy conectada al Perú. O creo que es una construcción, un sueño, un plan que no está acabado. El Perú es un país que no está acabado, que empezó a independizarse y quedó estancado. Por eso tenemos muchas características de sociedad feudal, virreinal, con elementos aristocráticos, oligarquías, problemas de señores feudales. Veo al Perú como un país en proceso de ser independiente. Yo no celebraría el Bicentenario, sino que me podría a pensar cuál será el futuro de este país que no se ha terminado de independizar. No podemos empezar el 201 atados, encadenados a esa dependencia.

Y sin sentido de comunidad. Una muestra fueron los vacunados de manera secreta...

Quizás no nos dimos cuenta de que ese sentido de comunidad, que seguramente hubo antes mucho más marcado, se destruyó con la conquista y que hasta ahora no hemos sido capaces de recuperarnos de eso. Con la pandemia se cayeron las caretas y se mostraron todas las miserias al cubo. Pero hay que continuar.

En una realidad más complicada que nunca, ¿qué papel juega la poesía?

No hay una receta o un decálogo de lo que es la poesía. En mi caso personal, tiene mucho que ver con contar, y eso viene de mi familia migrante, donde la oralidad era muy importante. La poesía es el oído atento y escribir, el registro para no olvidar. La poesía ha sido como una especie de catalizador de situaciones, imágenes, preguntas que he querido compartir con lectores y lectoras. Para mí, un poema bello no debe tener rima o palabras pomposas, sino la sabia voz de mi mamá, de las vecinas, de la gente.

Registro de nuestra herencia...

Poesía como registro de nuestra herencia. Venimos de una tradición riquísima de oralidad, lo que hace distinta a la poesía peruana. Tenemos eso que nos viene desde muy atrás y por eso me gusta la poesía.

Roxana Crisólogo

Poeta y gestora cultural. Nació en Lima en 1966. Ha publicado “Abajo sobre el cielo”, “Animal del camino”, “Ludy D”, “Trenes” y “Eisbrecher”. Es coordinadora del Nordic Exchange in Literature, proyecto nórdico de literatura multilingüe.

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