Jorge Luis Borges señalaba que lo más importante en un cuento es la trama o el argumento, es decir, los elementos situacionales. En la novela, en cambio, son menos importantes las situaciones; por eso, para el escritor argentino, lo que más importa en El Quijote no son los episodios, sino los caracteres de los personajes principales: Alonso Quijano y Sancho Panza. Lo mismo pasa en la saga de Sherlock Holmes, pues lo significativo es la relación de amistad que hay entre un hombre inteligente y uno no tanto; “puestos a escribir una novela, deberían saber todo acerca de los personajes, y cualquier argumento estaría bien; en cambio, en un cuento es la situación lo que importa”.
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La afirmación de Borges me hace pensar en los diferentes protagonistas de los cuentos que he leído. Pienso, por ejemplo, en los relatos de Julio Ramón Ribeyro, Elena Garro, Rosa Montero o Henry James; junto a las situaciones de cada historia noto que en cada personaje los caracteres son significativos. Entonces, siguiendo esta lógica, en el cuento lo que más importa es la situación (la trama argumental), lo cual no niega -desde la perspectiva de Borges- la importancia de los caracteres.
Caracteres y situaciones narrativas
El conjunto de cuentos que Wari Gálvez Rivas reúne en MUDANZAS TEMPORALES puede servir para realizar el análisis de las situaciones de los relatos y los caracteres de los personajes. La primera historia titulada El fin de una crónica presenta una situación concreta: la reunión de un periodista con un conocido fotógrafo peruano en la ciudad de Roma. El encuentro debe servir para que el escritor realice una de las crónicas más importantes para el periodismo peruano en los últimos años. Sumidos en esta situación, los personajes experimentan otra: la aparición extraña de enormes capaz de nieve que cubren a toda la ciudad italiana.
Las situaciones de esta historia han sido bien definidas y es ahí justo donde aparecen los caracteres de los personajes; durante la entrevista los lectores comenzamos a notar la molestia y la recriminación del cronista, no solo por la actitud del entrevistado, sino también por la forma en cómo obtuvo las fotos para convertirse en un celebrado fotógrafo. El artista, por su parte, revela al inicio una visión pragmática de la vida; esto, sin embargo, se verá empañado por los recuerdos de la violencia terrorista vivida en el Perú. Otro de los cuentos que nos permiten evaluar la relación planteada se titula Los negocios y el amor no se mezclan. El protagonista de este relato vive una situación concreta: el aparente encuentro fortuito con una ciudadana española en un tren de Barcelona. La pasión y el supuesto romance que rodea a la situación poco a poco se desvanece para que los lectores veamos la ingenuidad y la bondad que caracteriza a unos, y la insensibilidad que identifica a otros.
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Situaciones en espacios locales y foráneas
MUDANZAS TEMPORALES es un libro compuesto por 10 relatos que nos sitúan en un ambiente contemporáneo y urbano. Las historias de este libro son cercanas a los contextos citadinos en los que los personajes trabajan en una tienda de ropa, piden pizza por delivery, se hospedan en el centro de Lima y cumplen con el horario de oficina en un estudio jurídico. Ahora bien, las situaciones trabajadas por Wari Gálvez Rivas geográficamente abarcan espacios peruanos y extranjeros. Además de las ciudades europeas mencionadas; resaltan lugares ubicados en Lima y Arequipa. En cuentos como El silencio que marca el tiempo y Los extranjeros, los personajes habitan bares, hostales y calles que fácilmente se vinculan con la capital del país. Por su parte, el cuento Toda queda en familia nos sitúa en la ciudad de Arequipa; ahí el protagonista sufrirá un percance que le hará cambiar radicalmente su vida. Es pertinente señalar las zonas geográficas usadas en la narrativa de Wari Gálvez, pues no solo son lugares en donde suceden las situaciones; son los espacios que de una forma u otra determinan los caracteres de los personajes.
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Los finales y sus posibilidades
Un aspecto final que me gustaría resaltar de MUDANZAS TEMPORALES se relaciona con el cierre de cada historia. Los cuentos tienen un final definido, pero imprevisto; el narrador cierra la historia y no da mayor explicación, solo deja las pistas para que nuestro trabajo inferencial comience. En el cuento La casa de las blanquitas sucede justamente esto: los lectores tenemos que descifrar el comportamiento del protagonista con sus hermanas y recién ahí comienza nuestra perturbación. Erskine Caldwell señalaba que “terminar un cuento es saber callar a tiempo” y Wari Gálvez lo sabe muy bien, por eso, lo pone en práctica. Espero, también, haber aprendido esta lección.